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estas prácticas aprendí a sacar la mejor versión de mi dentro en cuanto al trabajo ya que a pesar de los horarios tan pesados y las dificultades en la cocina, logré dar cada mi mayor esfuerzo. Aprendí que todos trabajan diferente pero que esto no te debe detener ni mucho menos molestar, cada uno debe comunicarse y juntos lograr el mejor trabajo en equipo.
Venir a Lima para realizar mis prácticas al principio parecía un error, pero ahora agradezco todo el aprendizaje
laboral y personal que estas prácticas me dieron. Conocer la cultura peruana desde el entorno gastronómico es algo que siempre voy a recordar, Rafael me enseñó demasiado. Es impresionante como cada día uno siempre aprende algo y durante estas más de 768 horas aprendí lo que uno debe y no debe hacer tanto como cocinero, chef, mesero, lava loza, bartender y hasta como dueño o administrador de un restaurante. Gracias por tanto aprendizaje.