Liderazgo y Experiencia Médica Edición 35 Octubre 2015 | Page 44
En estos casos, el tratamiento con
descargas eléctricas de muy bajo
voltaje, que técnicamente se llaman
“cardioversión” y “desfibrilación”
para después continuar con manejo
medicamentoso con “anti arrítmicos”
por vía endovenosa. Se considera a la
amiodarona en infusión como el fármaco
de elección para estos casos, de no haber
contraindicación para su empleo.
De las arritmias menos graves, pero más
frecuentes asociadas al infarto agudo,
es la taquicardia sinusal. Esta puede ser
debida a la descarga adrenérgica, sin
embargo, con mayor frecuencia son la
manifestación inicial de la falla cardiaca,
tanto por la isquemia como por la
magnitud del daño cardiaco generado por
el infarto.
Por otro lado, otra de las arrítmias que se
puede presentar son la fibrilación
auricular del 8 al 22 por ciento,
habitualmente asociada con infartos
grandes, aumento del estímulo
simpático, aumento en la presión de
las aurículas secundaria a falla del
ventrículo izquierdo.
aurículo-ventriculares de 2º o 3er grado
está indicada la colocación de un
marcapaso transitorio, con la finalidad de
evitar la disminución del gasto cardiaco y
la evolución a la asistolia.
Asimismo, la coexistencia de alteraciones
en la conducción intraventricular extensas
se consideran una indicación para la
colocación de marcapaso transitorio y
su presencia se asocia a mal pronóstico
a corto y largo plazo, debido a que son
traducción de mayor extensión del daño
miocárdico isquémico.
Complicaciones mecánicas (“falla de
bomba”)
La presencia de complicaciones
mecánicas está relacionada con la
magnitud del daño cardiaco generado por
el infarto y el área isquémica residual, por
lo tanto una reperfusión oportuna y exitosa
en el Infarto Agudo de Miocardio ha
reducido significativamente su frecuencia.
Su presentación tiene un patrón bimodal,
hasta una tercera parte de los pacientes
las presentan en las primeras 24 horas y el
resto dentro de la primera semana.
El apoyo con métodos diagnósticos de
imagen, como es el ecocardiograma,
permite la evaluación de la magnitud
del daño y la detección de otras
complicaciones asociadas, también
permite establecer el tratamiento definitivo.
La falla cardiaca, sin duda, es la
complicación mecánica más frecuente
después de un infarto.
Las manifestaciones clínicas pueden
variar, dependiendo del grado de
extensión, desde la simple taquicardia,
hasta el edema agudo pulmonar. Su
diagnóstico se hace por evaluación clínica
y con rayos X de tórax, mediante una
escala que permite estratificar su riesgo y
establecer el pronóstico en estos casos.
En estos casos, el tratamiento debe
enfocarse a restablecer el ritmo
sinusal y evitar complicaciones
embólicas.
Otras de las complicaciones
eléctricas frecuentes es la
bradicardia sinusal (frecuencia
cardiaca por debajo de 50 latidos por
minuto), o bien, los de la conducción
aurículo-ventricular que puede ser de
diferentes grados.
Son más frecuentes en presencia
de infarto de localización inferior
o posteroinferior;
en el caso de la
bradicardia sinusal se
ha considerado como
principal causa la del
aumento del tono vagal.
En el caso de los
bloqueos, son debidos
a obstrucciones totales
o parciales del flujo
coronario, con mayor
frecuencia de la
coronaria derecha, lo
que produce isquemia
en las células de
conducción.
Cuando se presentan
los bloqueos avanzados
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