LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 79
De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
Tobón y Cárdenas embellecieron nuestro edificio, fundaron cátedra patética y paténtica
de estética y regalaron al Alma Mater; pero, mientras el Alma Mater agradecida, los
condecora como a sus grandes servidores, yo pido que todos nosotros estallemos en
salvas de aplausos prolongados y entusiastas por la lección gigantesca que nos han
dado ellos de desinterés, abnegación y generosidad.
Mas ya no debemos detenernos en las meras cosas, porque ellas solas nada valen: valen
en cuanto sean producto, instrumento o signos del alma humana y de sus ideales y
aspiraciones.
La Universidad, corporación de maestros y discípulos, toda para todos, es esencialmente
una entidad espiritual y moral. Y más que por sus edificios, sus cátedras o sus
honrosísimos títulos, está representada por sus hombres, o sabios, o santos, o artistas, o
poetas, o héroes. Está mejor representada por aquellos que corrigieron vicios o
injusticias, por los que descubrieron o inventaron algo útil o bello, o sembraron
esperanzas, o hicieron más amable, alegre y pura la existencia, o derrotaron al mal o a
los malvados. Con mayor razón en nuestros tiempos, cuando el ideal de las Naciones
Unidas, es decir ya, de la humanidad entera, es la lucha universal contra el hambre, la
enfermedad, la ignorancia, la opresión y la guerra y el propósito de hacer respetar y
cumplir los derechos humanos a todos los pueblos de la tierra.
Como con el cristianismo al alborear la redención, ahora, con la ciencia y con la técnica
comienza un hombre nuevo, obra de una universidad renovada, que se hace cargo de lo
crítico del momento, para salvar, como siempre, la dignidad humana. La Alianza para el
Progreso de nuestra América, y el mayor estímulo de todos los empeños de la Cultura,
los premios Nobel, invitan, no sólo a la solidaridad más apretada y fecunda, sino
también a la creación en la Química, en la Física, la Biología, la Paz y la Literatura.
Por eso, para terminar con la inauguración del precioso Monumento a la Bandera,
proyectado por el joven Señor Rodrigo Guzmán Peláez, estudiante de arquitectura y
liceísta desde la Escuela Julio César García, permítaseme una rápida digresión con
ciertas admoniciones de algunos de los universitarios más esclarecidos:
El Doctor Eduardo Zuleta, rector en 1899, decía, advirtiendo contra la envidia a los que
quieren ser algo y hacer algo:
“No olvidéis que todo empuje hacia la altura encuentra resistencias
variadísimas, las amistades y enemistades que vayan resultado en nuestra
vida no creáis que sean espontáneas y gratuitas. Si sois buenos, correctos y
enérgicos, el vicioso será vuestro enemigo, el incumplido os llamará necio,
el perezoso no os perdonará el éxito de vuestro esfuerzo y el impulsivo
toserá a vuestras puertas con el fin de perturbar la serenidad fructuosa que
producen al equilibrio y la tranquilidad de las almas libres de la inquietud
que engendran los excitantes malsanos. Continuad tranquilos, y seguid
este sabio consejo de los árabes:
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