LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 59
De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
amplio edificio; el resto era mangas y rastrojo. La vía que llevaba al Liceo era más
estrecha, solitaria y como el Municipio prestaba sus famosos y grandotes buses o
“Troleys”—“este bus es para 120 pasajeros, 40 de pie y el resto empujando”—, sucedía
que cuando salíamos del seminario ya los buses habían partido y era obligatorio “echar
pata” hasta la casa, pues raras veces teníamos con qué pagar el pasaje 16 .
Además de los Troleys municipales, para el transporte de los profesores se dispuso una pequeña
buseta tipo chiva. El servicio de transporte se contrató posteriormente con la empresa de buses
de Robledo. Aunque el costo y mantenimiento de buses propios resultaba muy elevado, y los
daños que provocaron los estudiantes a los buses municipales y a los de la empresa de Robledo
eran un mal precedente, la Acción social Universitaria se había fijado el propósito de adquirir
vehículos propios para el bienestar de la comunidad Liceísta. El problema del transporte fue la
principal razón por la cual se adoptó en 1962-63 la jornada continua en el Liceo, como lo
expresaba el director del Liceo, Don Gerardo Tapias Henao 40 :
A falta de un servicio propio de transporte, pues el Liceo Antioqueño no tiene un solo
vehículo, hubo necesidad de apelar a la jornada continua de 7 a.m. a 1 y cuarto p.m.
para los cursos de 2º a 6º. Los alumnos del año 1º en número de 450 hacen jornada a
mañana y tarde de 7 a 11 a.m. y de 2 a 5 p.m.; para éstos el municipio de Medellín
facilita gratuitamente dos buses de su propiedad. Es hoy la principal necesidad del Liceo
Antioqueño resolver el problema de transporte, esto es, tener buses propios en un
número no inferior a ocho. La Acción Social Universitaria, cuyo eje es el profesor Luis
María Sánchez L. director del año primero, está empeñado en la solución de este
problema; ya tiene algunos dineros ahorrados para ello, y espera la aprobación de un
proyecto de auxilio que cursa en las Cámaras por $500.000 para dar una solución
definitiva a necesidad tan apremiante. Ponente de esta ley de auxilio ha sido el
representante Carlos Restrepo Arbeláez por quien el Liceo Antioqueño tiene toda
admiración, gran aprecio y especial gratitud.
En 1965, gracias a la encomiable gestión de Don Luis María Sánchez L. y la Acción Social
Universitaria, el Liceo adquirió cuatro buses 42 , pero el problema aún no se resolvía pues a la
llegada de estos la Flota Robledo disminuyó la frecuencia del servicio; se solicitaron entonces
otros seis buses que, se esperaba, hicieran rutas a los barrios.
Inquietos vecinos
Este apacible rincón del barrio Robledo, aún campestre en esa época, de la noche a la mañana
pasó a tener más de dos mil nuevos e inquietos, por decir lo menos, vecinos. El viaje a pie para
algunos estudiantes constituía toda una aventura que se hacía en grupos e incluía la incursión a
fincas vecinas para explorar, robar frutas, molestar a los perros y, en general, dar cumplimiento a
la principal misión existencial de los adolescentes: fregarle la vida a los insoportables adultos.
Cuenta Don Alberto Gómez Atehortúa,
Nos íbamos diario a pie, en grupo, los más amigos ¿Qué hacíamos? Diabluras y
payasadas, que es lo que hacía uno de muchacho, que no estaba sino por pasar bueno y
en esa edad no se preocupaba por nada más. Eso que éramos de sexto y ya nos tocaba
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