LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 50
De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
También hay familias vegetales considerablemente benéficas, las gramináceas, las
compositáceas, y las orquideáceas, de igual modo que, lo más granado de nuestra
progenie, ha habido filósofos como Platón, Vico y Ortega; sabios, como Euclides,
Descartes y Einstein; santos como San Francisco, Spinoza y Gandhi; artistas como el
Cromagnon de las cavernas, como Miguel Ángel y Beethoven; y poetas como el del
Romancero, como Shakespeare y Cervantes. Hay también familias vegetales
mortalmente ponzoñosas, las ranunculáceas, las liliáceas y las solanáceas, de igual
modo que, lo más ruin y detestable del Universo, hay violadores, ladrones, asesinos y
falsarios.
Mas estas ceibas africanas, estos algarrobos europeos y estos eucaliptos australianos no
son históricos todavía, ni son buenos, ni son malos. Son, modestamente, dieciocho
árboles simbólicos de nuestros empeños universitarios.
Allí crecerán, menores, pero limpios y promisorios, como los jóvenes que apenas llegan a
la Universidad, los seis árboles del Liceo, el del Instituto Nocturno de Bachillerato y el
del Instituto Técnico de Comercio.
Allá, mayores y vigorosos, emblemas de la lucha por la salud y el bienestar, los
respectivos árboles de las Facultades de Medicina y de Odontología y, muy cercanos,
con finezas maternales, los de las Escuelas de Enfermería y de Auxiliares de Enfermería.
En ese otro lugar, se levantarán los de las Facultades de Ingeniería Química, de Química
Farmacéutica, y de Ciencias Económicas, con sus congéneres transformando como
magnos el agua, el aire y la luz en vestido, alimentos y remedios.
Allí surgirá el de la Escuela Interamericana de Bibliotecología, con hojas como libros, y
con tantas como estudiantes e investigadores.
En el centro de este bosque de la cultura antioqueña, se erguirán, el árbol de la Facultad
de Derecho, como la espada de la Justicia, y el de la Facultad de Ciencias de la
Educación, como el cielo de las ideas, para cobijarnos bondadosos con follaje espléndido
y altivo.
Que nada los detenga en su crecimiento hacia arriba, que nadie tronche sus preñadas y
prolíferas yemas, que todos los abonemos con cariño generoso.
Los regaremos con manantiales y aguaceros, pero también, si es necesario, los
regaremos con el sudor de nuestras frentes, con las lágrimas de nuestro corazón y con la
sangre de nuestras venas, porque desde hoy hemos cifrado en ellos a la Universidad de
Antioquia, madre nuestra y de la Raza.
La nueva sede, ahora en un sitio campestre, con nuevos y modernos locales, apropiado para las
labores intelectuales y deportivas, tenía en sus instalaciones 11 :
Pabellón A, 10 aulas para el Primer Año
Pabellón B, 8 aulas y salón de botánica, para Segundo Año
Pabellón C, 14 aulas, para Tercero y Cuarto Años
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