De Liceo a Ciudadela Universitaria . Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
Estos árboles , señores , son nuestro hermanos , condensación de tiempo en instantes , albúminas en portentosos edificios , obras del mismo Artífice .
Son árboles que dan flores , y por tanto príncipes , en que se miran con orgullo las algas humildes , los modestos musgos , los tímidos helechos , los pinos envidiosos y hasta los hongos ahilados y las minúsculas bacterias . En el arcano de sus simientas , a veces impalpables , guardan los anales de su estirpe desde que sólo era células separadas e invisibles .
Nosotros , en cambio , somos animales con espíritu , broche final de la Creación , a quienes sirven las sanas yerbas , los pobres invertebrados , los ágiles peces , los húmedos anfibios , las aves altaneras , los curiosos mamíferos y las rocas inertes . Y en nuestro espíritu átomo de eternidad , llevamos impresa la imagen del Omnipotente y apremiante el afán de volvernos a Él .
Esos árboles , señores , y su séquito de verdes paraninfos , por insignificantes que parezcan , en el mágico laboratorio de sus hojas , son los que convierten la luz solar en pasto de los animales hambrientos , son los que producen el oxígeno que mantiene el calor de la existencia . Con sus raíces , fijan los terrenos y sacan , hora tras hora , la lluvia que nos libra del desierto y de la muerte ; con sus troncos dan la madera primordial de la industria , que jamás podrán reemplazar el hierro ni el oro ; con su amable figura enaltecen la belleza del paisaje ; y aún con sus cadáveres atesoran la energía en millonarios cúmulos de hulla y abonan el advenimiento de sus hijos en el humus fertilizante y negro .
Al mismo tiempo nosotros , con nuestros antepasados salvajes , con nuestros antepasados bárbaros , con nuestros antepasados cultos , montados , por decirlo así , sobre los vegetales y las bestias , montados ya sobre la biosfera que barniza el globito terrestre , enano de las estrellas innumerables … nosotros constituimos el mundo único hasta ahora de la noosfera , o del pensamiento . Por el pensamiento revivimos lo pasado y lo futuro ; por el pensamiento , transformamos la tierra y la unimos con la luna y tal vez con lejanos planetas ; por el pensamiento , otra luz nos sostiene , otro fuego os reanima , otra lluvia nos refresca y otro horizonte contemplamos ; por el pensamiento , nuestros hijos engendramos y a especie más excelsa pertenecemos .
Hay árboles , como los gigantes de California , que con más de cinco mil años cuentan la edad de la civilización , y hay hombres como Confucio , el padre de la más anciana de las civilizaciones ; hay árboles como el de Guernica debajo el cual se congregaba la Raza de la Libertad , y hay hombres como Bolívar , retoño de esta Raza , que mereció , él sólo , el título insuperable de Libertador ; hay árboles , como el canelo de Mutis , que daba descanso a aquel sabio , y hay hombres como Alejandro de Humboldt , que vino a América por Mutis , y que mereció el dictado envidiable de Descubridor intelectual de América ; hay árboles , como la ceiba del Junín , que creció con nuestra hermosa ciudad , y hay hombres como Epifanio Mejía , ilustre cantor de esa ceiba y autor del Canto del Antioqueño , que es nuestro himno a la Libertad .
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