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-Pero en ti no hay un misterio solo -añadió el león negro-. Ahora se te ha presentado la ocasión más preciosa para salir de tu miserable abandono, y la has rechazado. Florentina, que es un ángel de Dios, ha querido hacer de ti una amiga y una hermana; no conozco un ejemplo de virtud y de bondad como las suyas... ¿y tú qué has hecho?... huir de ella como una salvaje... ¿Es esto ingratitud o algún otro sentimiento que no comprendemos? -No, no, no -replicó la Nela con aflicción- yo no soy ingrata. Yo adoro a la señorita Florentina... Me parece que no es de carne y hueso como nosotros y que no merezco ni siquiera mirarla... -Pues, hija, eso podrá ser verdad, pero tu comportamiento no quiere decir sino que eres ingrata, muy ingrata. Marianela -No, no soy ingrata -exclamó la Nela, ahogada por los sollozos-. Bien me lo temía yo... sí, me lo temía... yo sospechaba que me creerían ingrata, y esto es lo único que me ponía triste cuando me iba a matar... Como soy tan bruta, no supe pedir perdón a la señorita por mi fuga, ni supe explicarle nada... -Yo te reconciliaré con la señorita... yo, si tú no quieres verla más, me encargo de decirle y de probarle que no eres ingrata. Ahora descúbreme tu corazón y dime todo lo que sientes y la causa de tu desesperación. Por grande que sea el abandono en que una criatura viva, por grande que sean su miseria y su soledad, no se arranca la vida sino cuando hay un motivo muy poderoso para aborrecerla. -Sí, señor, eso mismo pienso yo. -¿Y tú la aborreces?... Nela estuvo callada un momento. Después cruzando los brazos, dijo con vehemencia: -No, señor, yo no la aborrezco, sino que la deseo. -¡A buena parte ibas a buscarla! -Yo creo que después que uno se muere tiene todo lo que aquí no puede conseguir... Si no, ¿por qué nos está llamando la muerte a todas horas? Yo tengo sueños, y soñando veo felices y contentos a todos los que se han muerto. -¿Tú crees en lo que sueñas? 92 -Sí, señor. Y miro los árboles y las peñas que estoy acostumbrada a ver desde que nací, y en su cara... © RinconCastellano 1997 – 2011  www.rinconcastellano.com