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La Resurrección: Una Promesa Cumplida

La Ascensión

Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:— Galileos, ¿ qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.( Hechos 1:9-11)
La resurrección de Jesús está en cada uno de los cuatro Evangelios cristianos, en considerable detalle, pero la ascensión de Jesús, Su regreso a la diestra del Padre, se menciona sólo brevemente, y sólo en los evangelios de Marcos y Lucas. Es en el libro de los Hechos, también escrito por Lucas, donde encontramos una descripción más detallada de este importante evento en la obra expiatoria de Jesús en nombre de la humanidad.
Nuestro mundo está mucho más familiarizado con los astronautas que con los ángeles, y con los transbordadores espaciales ascendiendo hacia el cielo, que con la ascensión de Jesús a los cielos. Pero la ascensión es una parte vital de nuestra comprensión acerca de Jesús, y sobre lo que está haciendo por nosotros y en nosotros momento a momento. La ascensión de Jesús nos dice que ahora está sentado a la diestra de Dios Padre. Esta es una forma poética de decir que todo el poder está en las manos de Jesús y que Jesús y el Padre viven en perfecta unidad y amor. Jesús, no sólo reina con Dios Padre en todo el universo, Él y el Padre, con el Espíritu Santo, son uno.
Pero quizás aún más sorprendente es lo que Pablo nos dice en Efesios 2:4-7, que Dios“ asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales en Cristo Jesús”. En Jesús, Dios nos ha traído a la relación de amor que el Padre, Hijo y Espíritu Santo comparten. En Jesús, somos aceptados, deseados, y estamos incluidos. No es de extrañar que después de leer que Jesús subió a los cielos, sus discípulos regresaron a Jerusalén con gran alegría, y ¡ continuamente en el Templo bendecían a Dios!
Es tan importante que más de 30 años después, Pedro todavía hablaba de ello. Pedro en la primera epístola a los cristianos en Asia, escribió que
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