Libros Comunión de Gracia La Resurrección: Una Promesa Cumplida | Page 45

Hagan correr la voz: ¡Él Vive! tando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia somos salvos! Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales, para mostrar en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:4-7). Por medio de la muerte y resurrección de Jesús, hemos sido perdonados del pecado, reconciliados con Dios y hechos espiritualmente vivos en Él. Hemos sido traídos ante la presencia de Dios y embarcados en la gran aventura infinita de llegar a conocer y experimentar el gozo eterno y su gracia y amor a medida que compartimos su sufrimiento. Ahora mismo, como dijo Pablo, podemos ver “oscuramente” (1 Corintios 13:12). Pero a la segunda venida se nos darán cuerpos nuevos y glorificados, y lo veremos tal como Él es (1 Juan 3:2). Lo esencial de nuestra fe Nuestra fe y esperanza cristianas están basadas justa y enteramente en el hecho de la muerte y resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios. De esa ver- dad central depende todo lo que creemos y lo que representamos en sincera esperanza. ¡Debido a que Él vive, nosotros también vivimos! Por eso es que la temporada de “Semana Santa” es tan importante para nosotros. Es un tiempo de reflexión. Es un tiempo de evaluación de nosotros mismos. Es un tiempo de meditar sobre lo esencial de nuestra fe y un nuevo compromiso y nueva dedicación. Y sobre todo, es un tiempo de acción de gracias y gozo en las riquezas inescrutables de la gracia de Dios. Él murió por usted y por mí. Y al tercer día, destruyó para siempre el poder del pecado y la muerte que estaban sobre nosotros. En Él todos, junto con todos los santos, aun mientras andamos en el camino de la cruz, poseemos la más grande esperanza imaginable. ¡Alaben a Dios! ¡Él está vivo! 45