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La Resurrección: Una Promesa Cumplida
tras iglesias. Pero estas son parte de nuestras vidas, y de la experiencia y
adoración cristianas.
El tema central con respecto a la observancia del Domingo de Resurrec-
ción es este: ¿cuánta libertad tienen los cristianos en el nuevo pacto, tanto
individualmente o como una iglesia para expresar su fe, adoración y gratitud
hacia Cristo en formas que no se encuentran en la Biblia? ¿Tienen los cristia-
nos la libertad de innovar en la adoración? ¿Pueden los líderes de la iglesia
establecer días especiales para celebrar los grandes actos de salvación?
Ciertamente, la Biblia en ningún lugar nos dice que debemos celebrar el
Domingo de Resurrección. Pero, como se mencionó anteriormente, tampoco
nos dice en ningún lugar que no debemos celebrar la resurrección de Jesús
en este día. El hecho es que la Biblia da ejemplos en que Dios le permitió a
los seres humanos establecer tiempos y formas de adoración diferentes a los
que Él había específicamente ordenado.
Cuando Israel añadió Hanukkah y Purim a su calendario religioso; eventos
que celebraron los hechos de salvación de Dios en la historia judía, éstos
fueron aceptables a Dios. Jesús asistió a la adoración en el templo durante
Hanukkah, entonces llamada la fiesta de la Dedicación (Juan 10:22). Los ju-
díos añadieron la sinagoga y sus tradiciones, y en ningún lugar se dice que
esto fue desagradable para Dios. En Juan 7:37 se sabe que Jesús se refirió a
la ceremonia judía de sacar el agua, la cual representaba la salvación que
buscaban. Jesús no condenó esta ceremonia sino la usó como un vehículo
conveniente para explicar que Él era el que traería la salvación verdadera.
Ejemplos como estos han llevado a muchos cristianos a la conclusión que
la iglesia también tiene la libertad de añadir a su calendario festivales que
celebran los hechos redentores a través de Jesús. Central entre éstos es la
resurrección de Jesús, la cual es celebrada en la primavera (1 Corintios 15:3-
4).
Es bueno celebrar la resurrección de Jesucristo en el Domingo de Resu-
rrección. Es agradable para Dios ver a su pueblo adorando a Jesús y teniendo
entendimiento del significado de su resurrección. Después de todo, la resu-
rrección de Jesús debe ser una causa de gran regocijo y celebración. Es nues-
tra esperanza de vida eterna.
El amor, no un mandato, es lo que motiva a los cristianos a celebrar el
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