Libros Comunión de Gracia La Resurrección: Una Promesa Cumplida | Page 15
Razones para Creer
aburridas de la Biblia), pag. 116).
Las historias del Nuevo Testamento han estado bajo intenso escrutinio y
ataque. El filósofo Escocés David Hume, dijo en los 1700s que los milagros —
incluyendo la resurrección de Cristo— violan todas las leyes naturales cono-
cidas. El siglo pasado, el teólogo Rudolph Bultmann concluyó: “Un hecho
histórico que involucre una resurrección de los muertos es inconcebible”.
A la luz de tales argumentos de los racionalistas y los críticos, no es de ex-
trañar que se hayan formulado teorías para los eventos de la semana de la
crucifixión:
1) La teoría del desmayo: Esta es la idea de que Jesús no murió en reali-
dad, sino que simuló una muerte en la cruz, luego dijo a sus discípulos que
había conquistado la muerte y se fue a vivir a otro lugar.
2) La teoría del robo: Esta es la idea de que los discípulos, otros simpati-
zantes, quizá ladrones o aún enemigos de Cristo, robaron el cadáver. Este es
el argumento más antiguo y más esparcido contra la resurrección de Cristo.
¿Quién tiene la razón?
¿Qué sobre la teoría del desmayo? Esta teoría insinúa que Jesús planeó –
por cualquier razón– el fraude más grande de la historia. ¿Fingió Jesús una
muerte en la cruz? No olvidemos que los cuatro evangelios son el principal
documento de evidencia de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo.
Estos escritos son enfáticos en que la ejecución de Jesús fue un hecho públi-
co certificado por el estado. (Marcos 15:29).
No sucedió en un rincón”, dijo Pablo ante el Rey Agripa, el oficial judío
más influyente de esos días. (Hechos 26:26). Los enemigos mortales de Je-
sús, la elite de liderazgo de la nación, estaban en la escena. Estaban deter-
minados a eliminar a Jesús (Juan 11:46-53). Por eso es que planearon todo a
puertas cerradas (Juan 7:25-52). Tenía que ser el crimen perfecto.
Poncio Pilato, el jefe oficial romano en la escena, verificó doblemente
que Jesús estaba muerto (Marcos 15:44-45). El testimonio de Juan 19:23 y
Marcos 15:39 indica que por lo menos cuatro soldados romanos, incluyendo
un centurión, llevaron a cabo la ejecución. Y usted puede confiar en el hecho
de que las tropas romanas del primer siglo sabían qué era la muerte.
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