El viaje inesperado de María
Después de un largo tiempo se le realizaron a María diversos estudios y le fueron disminuyendo progresivamente la medicación. A los pocos meses fue nuevamente evaluada por el plantel de médicos. Luego de realizar una junta médica, determinaron trasladarla a una habitación donde estuviera sola, y en la cual se encontrara más tranquila y cómoda.
Una mañana María habló con una de las enfermeras y le solicitó que llamara a un número telefónico para que se comunicara con su marido. La enfermera accedió sin ningún problema. Después de unas semanas ella realizó varios llamados sin obtener respuesta. Hasta que un día, nuevamente intentó y logró hablar con el esposo de María. Le contó por todo lo que había pasado su mujer y dónde se encontraba; el marido contento por la noticia coordinó que al día siguiente la pasaría a buscar.
La enfermera le comentó a María que había ubicado a su esposo y que al otro día iría a buscarla. María comenzó a empacar todas sus pertenencias. El día esperado se levantó, desayunó y aproximadamente a las diez de la mañana tocaron el timbre. La enfermera fue a abrir y era el esposo de María, lo condujo a la sala donde María aguardaba, y cuando se vieron se abrazaron muy fuerte entre tanta emoción y alegría. Le agradecieron a la enfermera y a todo el plantel de médicos, luego se retiraron del establecimiento y se dirigieron a su auto para ir a su hogar.
Mariana Medina
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