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55 Prueba de Fuego para la Administración Trump TIJUANA, México-(Especial para el periódico Información/Houston, Texas) Uno de los vértices de la política del Presidente Donald Trump, que a la postre le deparó muchos votos en las elecciones estadounidenses, fue el tema de la inmigración ilegal y su posible solución. Fundamentado en ello, y al ver a los miles de hondureños y salvadoreños que van arribando al borde fronterizo entre México y los Estados Unidos, después de recorrer a pie desde San Pedro Sula y San Salvador, nos damos cuenta de que la situación no puede ser más tensa de lo que ya lo es por naturaleza. Además, para aumentar más la problemática, decenas de mexicanos, guatemaltecos y nicaragüenses se han ido sumando a las largas columnas de caminantes. En la valla fronteriza que los migrantes suben con una agilidad pasmosa, saltan al lado estadounidense, se burlan abierta e irrespetuosamente de los guardias ahí destacados y vuelven a bajar como si aquello fuera un juego; pero en realidad es un juego macabro donde el hambre, la falta de trabajo, la inseguridad de sus países y las voces de individuos que permanecen escondidos en las sombras de las redes sociales, es lo que los ha empujado a caminar esa enorme cantidad de kilómetros desde América Central hasta la ciudad de Tijuana. No es el momento ni la manera de comportarse con la gendarmería y los soldados de los Estados Unidos, si quieren ser respetados hasta el final de esa “odisea”, de esa irresponsable y suicida decisión. Y una vez que se internen en territorio de los Estados Unidos, veremos “el material” del que está hecho Donald Trump, si es consecuente con sus propias palabras y amenazas. Y las opiniones comienzan a escucharse en los centroamericanos que componen a la caravana: “Nosotros estamos dispuestos a entrar en orden y haciendo el trámite; solo queremos una oportunidad (…)”, argumenta David Salomón, un albañil de 31 años, oriundo de San Pedro Sula, la famosa ciudad hondureña, donde la criminalidad es una de las más altas del globo terráqueo. Mira a través de la alta barrera y vuelve a decir: “Me emocioné mucho cuando llegué; es la primera vez que estoy aquí. Ha sido una misión, una meta.” No obstante, el hecho de estar muy cerca de su destino final, no le garantiza que su aventura será coronada por el éxito; todo lo contrario, es un juego de azar, esa es la única verdad. A pesar de ese tumulto de gentes ante las rejas de la valla fronteriza, las agencias de prensa informan que más de 7 mil ciudadanos de Honduras decidieron volver atrás y regresar a su patria. Parece que el mismo cansancio o “algún ángel” les convencieron de que esa aventura tenía más riesgos que beneficios. Dicho informe ha sido emitido por el Instituto Nacional de Migración de Honduras, al detallar que 3,933 son adultos y 3,080, menores de edad, de los cuales 504 viajaban solos. El 79,3 por ciento de estos emigrantes (unas 5,559 personas), han regresado en autobuses procedentes de México y Guatemala; y el 20,7 por ciento lo ha hecho en avión desde esos mismos países. Los que retornan, según las autoridades hondureñas, reciben