Libro Medicina Basada en Evidencias MBE Alberto Narvaez | Page 45
¿Qué estamos realmente haciendo? ¿Y por qué?
Los pacientes empiezan a desfilar por la consulta, completamos la historia clínica, los
examinamos, solicitamos una batería de pruebas complementarias y prescribimos un nuevo
tratamiento. Hasta aquí todo parece correcto, pero...
¿Estamos realmente seguros de haber actuado de la mejor forma posible?
¿Hemos tenido realmente tiempo para pensar en posibles alternativas?
¿Hay alguna forma mejor de completar y organizar la historia clínica?
¿Tienen algún sentido las exploraciones realizadas?
¿Son adecuadas las pruebas diagnósticas solicitadas?
O bien, ¿el tratamiento prescrito es el más eficaz para esta enfermedad?
Volvamos de nuevo, sólo durante un instante, a nuestro escenario. Al pensar en Fernando
Puente, el Dr. Figuera se pregunta ¿cuál es el mejor tratamiento para él? Sin embargo hubiera
podido hacerse muchas otras preguntas:
¿Tiene alguna utilidad realizar esta radiografía?
¿Qué valor pronóstico tiene un marcador tumoral -o unos determinados valores de éste-, o la
presencia de un signo o síntoma específico, en este contexto?
¿Es realmente eficaz este nuevo medicamento quimioterápico que me ha aconsejado el jefe de
servicio de oncología?
Preguntas como estas son las que nos ayudarán a ser mejores profesionales. Es ya una cuestión del
pasado plantearse "hacer correctamente las cosas" confiando en la suerte para que "se hagan las
cosas correctas". Esta situación no puede mantenerse hoy en día y debemos preguntarnos sin
temor: "¿estamos haciendo bien las cosas que hay que hacer?".
4.1.2. Reflexiones críticas sobre nuestra práctica
Algunas razones por las que los profesionales y estudiantes de la salud no nos planteamos
más preguntas y de manera más frecuente en nuestro ejercicio profesional cotidiano son
(Universidad Autónoma de Barcelona., 2012):
porque no somos plenamente conscientes de nuestras propios vacíos de
conocimiento y actuamos con una falsa y temeraria sensación de seguridad,
porque éstas nos parecen de difícil respuesta y nos resulta tremendamente
incómoda la sensación de incertidumbre e inseguridad que provocan,
y quizá porque no estamos en condiciones de resolver nuestras dudas de
manera eficiente y tenemos que dejarlas pasar.
Al médico se le supone un experto y se espera que sea capaz de dar respuesta adecuada
y satisfactoria a todos los problemas que le son planteados. Por eso, la incertidumbre
respecto a qué decisiones se debe tomar resulta tan molesta y difícil de manejar. Por
fortuna, no todo lo que hacemos debe ser cuestionado. Por el contrario, gran parte de
lo que hacemos cotidianamente y que hemos aprendido en base a nuestra propia
experiencia, o que nos ha sido transmitido por otros mediante una u otra fuente,
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