Libro Medicina Basada en Evidencias MBE Alberto Narvaez | Page 18
que sea válida y relevante a la hora de tomar nuestras decisiones. En otras
palabras, deberíamos poder contestarnos a la pregunta de si con nuestras
decisiones estamos causando más beneficio que daño o molestias a nuestros
pacientes".
-"¡Pero esto requiere un enorme esfuerzo!", exclamó el Dr. Figuera, como
queriendo decir que se trataba de una labor inalcanzable. "¿Cómo puedo pretender
revisar en cada caso todas las evidencias favorables o no a un tratamiento?
Resulta más cómodo y eficiente confiar en una autoridad en la materia que ya
haya hecho anteriormente este esfuerzo. Es el único modo de seguir avanzando",
concluyó.
Como movido por un resorte, el Dr. Martínez le respondió rápidamente: -"¡Ten
mucho cuidado hacia donde avanzas, sobre todo si vas a ciegas! No podemos
confiar de modo absoluto en estas recomendaciones. ¿Qué me dices cuando se
contradicen entre ellas? Deben haber algunos criterios explícitos que nos
permitan juzgar mejor la calidad de estas informaciones para…".
El timbre agudo del celular del Dr. Martínez sonó inoportunamente,
interrumpiendo la conversación. Tras contestar la llamada, se levantó, dio un leve
y afectuoso golpecito en el hombro izquierdo del Dr. Figuera y se fue sin antes
decirle:
-"Si te apetece, pasa por mi consultorio más tarde. Tengo algo para prestarte que
puede ser de tu interés. ¡Esto tiene mucha tela que cortar!
Mientras se alejaba por el pasillo, el Dr. Figuera reflexionaba sobre lo último que
había dicho su colega. ¿Cómo resolver las contradicciones o discrepancias? De
hecho, no es raro que éstas se den incluso entre expertos. Por otro lado, ¿cómo
explicar que la práctica clínica, aún en un mismo país, ciudad o incluso centro,
sea tan heterogénea y variable? Pensando en su propia especialidad, cada uno
defiende su propia combinación de quimioterápicos. ¿Será que todos tienen
razón? ¿Será que hay otras razones ocultas e inconfesables? O por el contrario,
¿será que no todos juzgan las cosas con el mismo patrón? ¿Cómo explicar,
entonces, las enormes variaciones observadas también en los resultados? (El Dr.
Figuera recordó haber leído hacía poco que en Europa la supervivencia del cáncer
evaluada a los cinco años después de la quimioterapia variaba enormemente).
Al pensar en todo ello concluyó que vivir de conocimiento prestado también tiene
sus inconvenientes y sentirse como una "veleta" llevada por el viento, vulnerable e
indefenso ante la enorme avalancha de argumentos e informaciones que uno
continuamente recibe de todas partes, es una sensación bastante irritante. Como
alguien le había dicho alguna vez, se trataría de ejercer una "medicina con
autoridad" en lugar de una "medicina autoritaria". Por primera vez, esta frase le
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