Libro digital 1 TOMO-5 | Page 67

EL IMPERIO INCAICO 39 y los no menos calurosas apologías de los otros. Si el so- cialismo despótico de los Incas produjo males que todavía nos aquejan, produjo también ventajas, alguna de ellas pe- rennes. Formó una población dulce, obedientísima, y si sus cualidades se malearon y su dulzura se hizo debilidad y su obediencia se trocó en abyección, no hay que achacar a los Incas la culpa directa; propagó el bie- nestar material hasta un punto verdaderamente increíble, no comparable con el de Europa en ese tiempo, y, en cuanto a generalidad y difusión ni en el presente; puso en la Sociedad orden y paz perfectas; que creó por esfuerzo propio, lejos del contacto de toda obra cultural que pudiera servirle de modelo, una civilización relativamente muy adelantada y que si se perdió, fue ¡cosa extraña en América! por exceso y refinamiento de organización social; realizó en el más alto grado el principio de solidaridad; y por úl- timo, -y de éstos aprovechamos- estableció la nacionali- dad peruana, unificando a las diversas tribus. En la Historia hay dos factores: uno individual que requiere a la libertad; otro social que solicita al orden. Ambos son respectivamente como el fondo y la forma de la civilización. Cuando ésta es perfecta- 10 que es rarí- simo- se equilibran; pero casi siempre uno prevalece sobre otro. En el Perú indígena dominó el orden ¡ y aun cuando deploremos los daños que engendró y que hasta hoy sub- sisten, no podemos dejar de reconocer que es propio de lo humano que los bienes vayan mezclados con los defectos, y que los Incas, dados su condición y sus medios, hicieron bastante.