Libro digital 1 TOMO-5 | Page 51

EL IMPERIO INCAICO 23
sostenga que la depravación cortesana se inicia en la época de Pachacu! ec. " El receloso despotismo, dice, la poligamia, la vida de serrallo, producía sin cesar tragedias domésticas ". Con su acostumbrada tendencia analógica compara el cuadro de los últimos 1ncas C01l el de los antiguos persas, a los que se parecen " en la teocracia solar y despótica, en el incesto dinástico obligatorio y los crímenes del serallo que producen la rápida decadencia dé la monarquía ".
En estas descripciones está presente el influjo de la bistoria de Sarmiento y de las antes repudiadas Informadones, cuya autoridad no cabe aceptar en alguna manera en su integridad, como instrumento político que fueron de la política imperial de ' Joledo. [ as Informaciones, son, ca · mo los hayllis incaicos, la versión oficial del bando domi­ Hadar en la que hay que descartar la deformación interesada y hallar los hechos reales indiscutidos.
Riva-Agüero permanece sin embargo fiel a yarcilaso en algunos puntos ya insostenibles después de la aceptación de las guerras y revueltas intestinas de que hablan Cieza y Sarmiento. Su obstinación erudita se manifiesta principalmente en la insistencia en la tesis de que el 1mperio se formó lentamente desde los primeros 1ncas, por expansión gradual y no por una ráPida propagación, y también en el manteni ' miento de la afirmación garcilasista de que el vencedor de los Cha / teas fue ' Viracocha, y no Pachacutec como lo sostiene ahora con firme documentación: María Rostworo! 1 ' ski de Diez Canseco. En veces restalla también su antigua enemiga contra Sarmiento, al que, no obstante babel ' incorporado sus épicos trozos a su historia, llama ' acérrimo detractor del imperio incaico ". Y contra las Informaciones descarga aún su habitual expolio, diciendo que no cabe admttir " sin riguroso examen las tendenciosas dee laraciones debidas a la pusilanÍ ' midad y el servilismo habitual en los indios ". Si es fundada la desconfianza de