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OMBRADOS los infrascritos por el predecesor de
Ud. con motivo de las obras en el sitio del antiguo
Hospital de San Andrés, para escudriñar el paradero de la"
momias de los soberanos Incas que constan haberse allí
inhumano, cumplimos la obligación de referir brevemente
nuestras búsquedas que han sido hasta hoy infructuosas,
y las noticias históricas que en ellas nos guiaron.
Como antecedentes conviene recordar que los histo-
riágrafos más copiosos y exactos de los Incas, narran la
conservación de los cadáveres de éstos, y su frecuente
exposición antes de la Conquista castellana, en la gran
plaza del Cuzco, para banquetes y ceremonias casi diarias.
Ondegardo relata que los cuerpos de los monarcas incai-
cos, y los de sus esposas legítimas o Coyas, cubiertos de
ricas mantas y asentados en tronos bajos o tianas, se ex-
hibían de ordinario, siempre que el tiempo lo permitía,
en la plaza Mayor frente al Coricancha, y junto a ciertas
hogueras encendidas desde el amanecer hasta el medio-
día; y que los capitanes designados para su servicio, y
los hombres y mujeres de sus cofradías o panacas genti-