EL IMPERIO INCAICO
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pIadas, que es precisamente la etimología de la palabra que-
chua. A su vez los agredidos quechuas los denominaban
tecientes, advenedizos o inestables, pues tal es la traducción
del vocablo cbanca. Como efecto de sus irrupciones el idio-
ma aymara había penetrado en las comarcas de Vilcas,
Lucanas y Soras, influyendo en las numerosas lenguas que
aHí se hablaban. Hay varias pruebas entre eolIas y chan-
caso Cuando éstos, vencidos al cabo por los incas, se re-
solvieron a emigrar en crecido número hacia el norte, re-
fugiándose en la cuenca del Marañón, impusieron a sus
nuevos establecimientos el nombre, aun hoy subsistente,
de Chachapoyas, que a las claras proviene de la voz cba-
cha, varón en aymara, o sea los hombres por excelencia,
equivalente a la traducción quechua cad con que hemos
visto que se designaba, en el mundo quechua e incaico,
a los antiguos invasores del Collao, destructores de Tia-
huanaco y perseguidores de los huiracochas. Dos apelati-
vos de principales curacas chancas, Hancohallu y Hanco-
huillca, parecen deducirse del hanco, blanco en aymara,
color religioso que distinguía a los totemes eolIas. A no
ser que dicho hanco se derive del bancu quechua (crudo,
reciente o imperfecto), que vendría a expresar la misma
idea que cbanca; porque muchos de los patronímicos con
que los cronistas conocen a los jefes chancas son proba-
blemente sus traducciones quechuas, pues a menudo in-
dican vituperio. ASÍ, Uscuhuillca debía de venir de uscu
salvaje; Tumayhuaraca, detu'ma, vago, errante, merodea-
dor; Tijllhuillca, de tilla, silvestre, cruel, huraño. Uma-
huara en el presente caso ha de nacer de uma, odio ca-
pital, o de umu, brujo. Su hermano Astohuaraca, de asta,
mudarse, vagar, andar errante. Los otros nombres propios
de sus caudillos en Betanzos aparecen igualmente con
raíces de significado quechua: Mallma, de majma, tinaja;
Rapa, que quiere decir rama o ala. Según los últimos in-
dicios, las lenguas de sus tribus pudieron ser de estirpe