Libro digital 1 TOMO-5 | Page 279

EL IMPERIO INCAICO 251 el Perú heredaban los nombres de su antepasados pater- nos. Lo comprueba el caso de Huamán Poma de Ayala, el recién descubierto cronista, y 10 corroboran las tantas veces citadas Informaciones de Toledo. Por ejemplo, en la de Jauja, el curaca D. Alonso Puma Hualla era hijo de 1-luamanchi 1-lualla, nieto de Sajsa Huaman y bisnieto de Apu Hualla. Aquí está presente 10 que apuntamos sobre la sucesión alternada de los apellidos paternos, como en los castellanos medioevales. El curaca D. Diego Rucana de Hurinhuanca, era hijo y nieto de otros del apellido Rucana. Puma era nieto de un Puma; Huaman de Hua- manga, hijo de Astur y nieto de Huaman Astu. D. Dieg0 Antihuallpa, gobernador de Antisuyu, era nieto de Purum 1-luallpa Sujsu. Los que no continúan los apellidos del padre o del abuelo, declaran, no obstante, su filiación pa- terna y que por ella heredaron sus curacazgos. Con la poligamia existente, es claro que tenían que variar los nombres de los muy numerosos hijos, para evitar confu- siones; pero siempre se advierte el retomo a los apellidos del tronco paterno. En el ayllo imperial de Yáhuar Huájaj, llamado Aucalli Panaca, uno de los parientes mayores, al tiempo de Virrey Toledo, se llamaba D. Gonzalo Páucar Aucalli, porque el hijo mayor de Yahuar Huájaj excluído del trono y encargado de la panaca o cofradía, se llamó Páucar. En vista de todos estos datos, hay que concluír que entre los Incas, y entre los quechuas generalmente, existió la filia- ción paterna, con preferencia a la materna, la cual era te- nida en cuenta de manera accesoria. Cuando los incas relataban sus leyendas, ponían en primer término a los héroes varones; y esto a tal punto que, hablando de la prueba de las tierras con la estaca de oro para fundar el Cuzco, los orejones declarantes corrigieron el texto de Navamuel y de Sarmiento, para atribuir la fundación a Manco Cápac ante todo (Sarmiento, edición Berlín, 1906, cap. 13, pág. 38). El predominio del sistema patriarcal