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NOTA PRELIMINAR
empresa de incorporar a la plena luz histórica esa etapa
crucial de la protohistoria peruana. La obra de Riva-Agüe-
ro sobre el Tiahuanaco y el Imperio Incaico se reedita
a casi cinco lustros de su muerte, a los treinta años de
ser escrito el último de sus libros sobre estas materias, en
momentos en que su vigencia y actualidad la convierten
-como con toda autoridad lo ha reconocido Jorge Basa-
dre para La 'Historia en el Perú- en una obra clásica de
nuestra historiografía, que llega al gran público -por tra-
tarse de materiales dispersos y de difícil acceso- con el
aroma sugestivo de lo primigenio e inédito.
Creemos también oportuno levantar ahora el cargo
de "racista" que todavía se insiste en achacar a Riva-
Agüero, cristalizando injustamente su juicio en esta ma-
teria tan importante en los asertos sobre "inferioridades
étnicas", "razas superiores e inferiores", etc., que estampó
en sus tesis juveniles, imbuído aun del positivismo san-
marquino de comienzos de siglo. Riva-Agüero rechazó el
racismo desde antes de su público retorno al catolicismo,
en 1932, en diversas ocasiones. Así, en 1942 dijo cate-
góricamente: "Por católico y por hispánico no puedo ser
racista intolerante. No he esperado esta ocasión para de·
clarar que no considero la raza como el único ni el más
principal factor de la historia. En este local (Sociedad Entre
Nous) lo dije hace años. Sobre 10 material y biológico
predomina lo espiritual y psíquico. La tradición es el al-
ma, y la raza y la herencia son los elementos corpóreos
de resistencia y establidad nacionales frente a las fuerzas
no menos necesarias de variedad e ímpetu, que forman
con las primeras el proceso de la historia ... " 18. Y sobre
todo rechazó el racismo al exaltar como pocos, con en-
tusiasmo y elocuencia magnífica el valor del mestizaje pe-
ruano expresado en el Inca Garcilaso, en Espinosa Me-
18 Discurso de introducción a las conferencia del Marqués del Saltillo,
:iHercurio Peruano, Lima, abril de 1942, No 181, pp. 219 - 220.