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JosÉ
DE LA RIVA-AGÜERO
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ORIGENES DE LA CULTURA DE TIAHUANACO
En mi anterior lección llegué hasta el imperio de Tia-
huanaco, la más importante de las culturas serranas prein-
caicas. Hoy me dedicaré a explicar sus orígenes, a expo-
ner y discutir las diversas teorías que sobre ellos se han
propuesto.
Hace ya 25 años, en 1912, visité las ruinas de Tiahua-
naco. Tiahuanaco está hoya 3 leguas (15 Kilómetros) de
las orillas del lago Titijaja. El lago Titijaja tiene 35 leguas
de largo y 15 de ancho (Décadas de Herrera) (VI). Son
grandiosos dólmenes y menhires, explanadas y pilastras,
que no es de dudar pertenicieran a templos y palacios,
estatuas monolíticas y una gran escalinata de arenisca roja,
que excavó la misión francesa de Courty y del Marqués de
Crequi. Las construcciones forman dos grupos principa-
les, el llamado de la Acapana y el de Pumapuncu. Con fa-
cilidad se advierte, según lo han notado casi todos los via-
jeros, que han quedado inconclusas, interrumpidas por
algún suceso violento: enormes bloques tallados permanecen
lejos del lugar a que se destinaban. También es visible la
diferencia de estilos, aunque pueden muy bien ser los más
graduales efectos de una contínua evolución, prescindiendo
por ahora de las chulpas aymaras y del palacio incaico
en que nació Manco II, el hijo de Huayna Cápac. Ciertas
estatuas son naturalistas, y otras muy simbólicas y estili-
zadas. La comarca es una puna inclemente, altísima, a más
de 3,800 metros sobre el nivel del mar. Verdad que en
Europa y Asia los hombres primitivos, los paleolíticos, ha-
bitaron en ocasiones a 2,000 metros de altura, lo que en
aquella zona equivale y aun supera a la destemplanza del
altiplano tropical. Ha de observarse además que en los re-
motos tiempos a que esas edificaciones corresponden, la