Libro digital 1 TOMO-5 | Page 197

EL IMPERIO INCAICO 169 tra confraternidad latino--americana, que de otro modo es- taría desprovista de todo alcance, medula y sentido, y en ella radica igualmente nuestra comunidad con Europa, pues privados de su savia ancestral nos reduciríamos a desdi- chados imitadores, ajenos siervos y raquíticos expósitos. Aunque mestizos de sangre o de espíritu, o precisa- mente por serlo, no carecen los peruanos de esclarecida historia, de honrosa legitimidad, y de generosos y rancios orígenes. Y como el solar es doble, indo-español, y en ca- lidad de tal lo acatamos y veneramos; como la conquista española fue un hecho definitivo, irreversible, hágase lo que se quiera y pésele a quien le pesare, y determinó la mistión casi perfecta y a menudo indiscernible de ambos pueblos; como los blancos nos sentimos en todo peruanos de alma, y en nada nos parecemos a ·los inasimilibles baro- nes bálticos, predicar odios y exclusivismo de raza es en el Perú tarea extemporánea, insensata y criminal, y destina- da a la postre al fracaso y al ridículo. Excitar pretensas rei- vindicaciones cerrada y meramente indígenas, no puede significar entre nosotros sino un frenesí de in con cien tes o un señuelo de logreros. La convivencia, entrecruzamiento y mezcla de diferentes razas ha constituído dondequiera, y muy especialmente en nuestro país, el proceso esencial de la civilización. El repudio de los sucesivos colonizadores llevaría en buena lógica a quedarse con el primitivo sal- vajismo antropófago. En la página 31 de su libro, expone el Dr. Urteaga, con mucho tino y precisión, que los hombres, al abando- nar la vida errante y pasar de hordas a clanes, reemplazan progresivamente la solidaridad de sangre con la del terri- torio común. Entonces aparece la nociÓn de patria. El absoluto predominio del instinto racial es la antítesis y negación de la nacionalidad, la regresión a un nivel, no ya bárbaro, sino salvaje y totémico.