EL LIBRO DE ENOC
12 Sé otro misterio: las escrituras serán dadas a los justos y a los sabios para comunicar alegría, rectitud y
mucha sabiduría.
13 Las escrituras les serán dadas, ellos creerán y se regocijarán en ellas; se alegrarán todos los justos al
aprender de ellas todos los caminos de justicia.
Capítulo 105
1 En esos días el Señor les designó entre los hijos de la tierra para leerlas y para darles testimonio sobre su
sabiduría, diciéndoles: "Enseñádselo, porque seréis sus guías y recibiréis las recompensas; entre todos los
hijos de la tierra vosotros tendréis toda recompensa.
2 ¡Alegraos pues, hijos de la justicia, tendréis paz! Amen
Fragmento del Libro de Noé
Capítulo 106
1 Pasado un tiempo tomé yo, Enoc, una mujer para Matusalén mi hijo y ella le parió un hijo a quien puso
por nombre Lamec diciendo: "Ciertamente ha sido humillada la justicia hasta este día". Cuando llegó a la
madurez tomó Matusalén para él una mujer y ella quedó embarazada de él y le dio a luz un hijo. (Gn
5:25,28)
2 Cuando el niño nació su carne era más blanca que la nieve mas roja que la rosa, su pelo era blanco como la
lana pura, espeso y brillante. Cuando abrió los ojos iluminó toda la casa como el sol y toda la casa estuvo
resplandeciente.
3 Entonces el niño se levantó de las manos de la partera, abrió la boca y le habló al Señor de justicia.
4 El temor se apoderó de su padre Lamec y huyó y fue hasta donde su padre Matusalén.
5 Le dijo: "He puesto en el mundo un hijo diferente, no es como los hombres sino que parece un hijo de los
ángeles del cielo, su naturaleza es diferente, no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del sol y su
rostro es esplendoroso.
6 "Me parece que no fue engendrado por mí sino por los ángeles y temo que se realice un prodigio durante
su vida.
7 "Ahora, padre mío, te suplico y te imploro que vayas a lado de Enoc nuestro padre y conozcas con él la
verdad, ya que su residencia está con los ángeles".
8 Así pues cuando Matusalén hubo oído las palabras de su hijo, vino havia mí en los confines de la tierra,
porque se había enterado que yo estaba allí; gritó y oí su voz; fui a él y le dije: "Heme aquí hijo mío ¿por qué
has venido hacia mí?".
9 Me dijo: "He venido hacia ti debido a una gran inquietud y a causa de una visión a la que me he acercado.
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