EL LIBRO DE ENOC
31 Luego esos tres que estaban vestidos de blanco, aquellos que me habían elevado antes, me tomaron de la
mano y también el carnero me tomo la mano y me hicieron subir y sentar en medio de estas ovejas, antes de
que tuviera lugar el juicio.
32 Estas ovejas eran todas blancas y su lana abundante y pura. (Ap 7:9)
33 Y todas las que habían sido destruidas o dispersadas por las bestias del campo y las aves del cielo, se
congregaron en esta casa y el Señor de las ovejas se regocijó con gran alegría porque todas eran buenas y
porque ellas habían regresado a su casa.
34 Vi cuando ellas depusieron esa espada que había sido dada a las ovejas: ellas la llevaron a la casa y la
sellaron en presencia del Señor. Y todas las ovejas fueron invitadas a esta casa aunque no cabían. (Is 2:4; Os
2:20; Jl 4:10; Mi 4:3; Za 9:10-11)
35 Sus ojos fueron abiertos y ellas vieron bien y no hubo ninguna de ellas que no viera.
36 Vi que esta casa era grande, amplia y estaba completamente llena.
37 Vi que un toro blanco nació y sus cuernos eran grandes y todas las bestias del campo y todas las aves del
cielo le temían y le suplicaban a toda hora.
38 Vi cuando fueron cambiadas todas sus especies y todos se convirtieron en toros blancos y el primero
entre ellos se transformó en un cordero que llegó a ser un gran búfalo que tenía sobre su cabeza dos cuernos
negros y el Señor de las ovejas se regocijó sobre él y sobre todos los toros. (Ap 4-5)
39 Yo estaba dormido en medio de ellos y me desperté después de haberlo visto todo.
40 Tal es la visión que tuve cuando estaba durmiendo y cuando me desperté bendije al Señor de Justicia y
lo glorifiqué.
41 Entonces lloré mucho y sin contener mis abundantes lágrimas hasta más no poder y cuando yo miraba se
deslizaban sobre lo que veía porque todo ocurrirá y se cumplirá, porque uno tras otro me fueron revelados
todos los actos de los hombres .
42 Esa noche recordé mi primer sueño y lloré y me angustié porque había tenido esa visión.
Libro de las Semanas [Carta de Enoc]
Capítulo 91
1 Ahora, hijo mío, Matusalén, convoca en torno a mi a todos tus hermanos, reúne a mi alrededor a todos los
hijos de tu madre, porque la palabra me llama y el espíritu se ha vertido sobre mí, para que os revele todo lo
que pasará, hasta la eternidad.
2 Así Matusalén fue y se juntó con todos sus hermanos y congregó a sus parientes;
3 y Enoc le habló a todos los hijos de justicia y les dijo: "Oíd hijos de Enoc todas las palabras de vuestro
padre y atended la palabra de mi boca, pues es a vosotros a quienes exhorto y digo bienamados, amad la
justicia y caminad con ella.
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