EL LIBRO DE ENOC
48 Después ese segundo carnero se levantó y condujo a las ovejas y engendró numerosas ovejas y luego se
durmió. Una pequeña oveja se convirtió en carnero y fue el juez y el líder en su lugar. (2S 2:4; 1R 1:38-39)
49 Esas ovejas crecieron y se multiplicaron y todos esos perros, zorros y jabalís tuvieron miedo y huyeron
lejos. Este carnero embistió y mató a todas las bestias salvajes y esas bestias no tuvieron más poder entre las
ovejas ni les guiaron más.
50 Esa casa llegó a ser grande y amplia y fue edificada por esas ovejas. Una torre elevada y grande fue
construida sobre la casa, para el Señor de las ovejas. El campamento era bajo, pero la torre muy alta y el
Señor de las ovejas se mantenía sobre ella y ofrecieron ante Él una mesa llena. (1R 6-8)
51 Después vi a esas ovejas errar de nuevo e ir por una multitud de caminos y abandonar su casa. El Señor
de las ovejas llamó de entre ellas a algunas ovejas y las envió al lado de las ovejas, pero las ovejas
comenzaron a asesinarlas.
52 Pero, una de ellas fue salvada y no fue muerta, salió y gritó a causa de las ovejas y ellas quisieron
matarla, pero el Señor de las ovejas la salvó de entre las manos de las ovejas, la hizo subir y habitar cerca de
mí. (2R 2:5)
53 Él envió sin embargo muchas otras ovejas a esas ovejas para testificarles y para lamentarse sobre ellas.
54 Después las vi abandonar la casa del Señor y su torre; erraban en todo y sus ojos estaban cerrado. Vi al
Señor de las ovejas hacer una gran carnicería con ellas, hasta que esas ovejas provocaron la carnicería y
traicionaron su puesto.
55 Él las abandonó en las manos de los leones y los tigres, de los lobos y las hienas, de los zorros y de todas
las bestias salvajes, que comenzaron a despedazar a esta ovejas.
56 las vi abandonar su casa y su torre y entregarlas a los leones para que las destrozaran y devoraran. (Jr
39:8; 2R 25:8-12; 2Cr 36:17-20; Mt 24:1-2)
57 Me puse a gritar con todas mis fuerzas y a llamar al señor de las ovejas y le hice ver que las ovejas eran
devoradas por todas las bestias salvajes.
58 Pero Él permaneció inmutable y cuando las vio se alegró al ver que era devoradas, tragadas y robadas y
las abandono para que fueran pasto de las bestias.
59 Él llamó a setenta pastores y les entregó a esas ovejas para que las llevaran a pastar y le dijo a los
pastores y a sus acompañantes: "Que cada uno de vosotros lleve de ahora en adelante a las ovejas a pacer y
todo lo que os ordene, hacedlo.
60 "Os las entregaré debidamente contadas y os diré cuáles deben ser destruidas y esas, hacedlas perecer".
Y lees entregó aquellas ovejas.
61 Después el llamó a Otro y le dijo: "Observa y registra todo lo que los pastores hacen a estas ovejas, ya que
ellos destruyen más delas que yo les he mandado;
62 todo exceso y destrucción que sea ejecutado por los pastores regístralo: cuántos destruyen de acuerdo
con mi orden y cuántos de acuerdo con su propio capricho. Pon en la cuenta de cada pastor la destrucción
que efectúe.
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