Libro de ENOC BIBLIA COMPLETA (Enoc) | Page 66

EL LIBRO DE ENOC Capítulo 86 1 De nuevo estuve fijando mis ojos en el sueño y vi el cielo por encima y he aquí que una estrella cayó del cielo en medio de los toros grandes y comió y pastoreó en medio de ellos. 2 Entonces vi estos toros grandes y negros, todos ellos intercambiaban sus pastos, establos y becerros y comenzaron a vivir unos con otros. 3 Observé de nuevo en mi sueño y miré hacia el cielo y he aquí que muchas estrellas descendían y caían del cielo en medio de la primera estrella y eran transformadas en toros en medio de aquellos becerros y pastaban con ellos y entre ellos. 4 Los miré y vi como todos sacaron su miembro sexual como caballos y montaron las vacas de los toros y todas quedaron preñadas y parieron elefantes, camellos y asnos. 5 Todos los toros les tenían miedo, se aterrorizaron con ellos y comenzaron a morder con sus dientes a devorar ya cornear. 6 Y además comenzaron a devorar a esos toros y he aquí que todos los hijos de la tierra se empezaron a temblar y a espantarse ante ellos y a huir. Capítulo 87 1 Nuevamente vi como comenzaban a golpearse el uno al otro y a devorarse el uno al otro y la tierra se puso a gritar. 2 Después elevé de nuevo mis ojos al cielo y tuve una visión; hela aquí: salieron del cielo seres parecidos a hombres blancos, salieron cuatro de ese lugar y tres con ellos. 3 Así, esos tres que salieron de últimos me tomaron de la mano y me llevaron por sobre la generación terrestre hasta un lugar elevado y me mostraron una torre alta construida sobre la tierra y todas las colinas eran más bajas. 4 Me dijeron: "Permanece aquí hasta que hayas visto todo lo que le sucederá a estos elefantes, camellos y asnos y a las estrellas, las vacas y a todos ellos". Capítulo 88 1 Vi a uno de los cuatro que había salido primero, agarrar a la primera estrella que había caído del cielo, atarla de pies y manos y arrojarla en el abismo profundo, angosto, escarpado y oscuro. 2 Después uno de ellos sacó la espada y se la dio a los elefantes, camellos y asnos y ellos comenzaron a herirse el uno al otro y toda la tierra tembló a causa de esto. 3 Seguía observando mi sueño, cuando he aquí que a uno de los cuatro que habían salido, le llegó una orden del cielo y él tomó a todas las numerosas estrellas cuyos miembros sexuales eran como los de los caballos y él las ató a todas de pies y manos y las arrojó en un abismo de la tierra. Página 51