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Rut
4. 1–14
Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel 4
pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano,
ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó. Entonces él tomó 2
a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos
aquí. Y ellos se sentaron. Luego dijo al pariente: Noemí, que 3
ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras
que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo 4
saber, y decirte que la compres en presencia de los que están
aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres
redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que
yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después
de ti. Y él respondió: Yo redimiré. Entonces replicó Booz: El 5
mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes
tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que
restaures el nombre del muerto sobre su posesión. Y respondió 6
el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi
heredad. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré
redimir. Había ya desde hacía tiempo esta costumbre en Israel 7
tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación
de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a
su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. Entonces 8
el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato. Y 9
Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois
testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo
lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de
Mahlón. Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, 10
mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre
su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre
sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois testigos
hoy. Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta 11
con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que
entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la
casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre
en Belén. Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar 12
dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé
Jehová. Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó 13
a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y 14
las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no