Libro de ENOC BIBLIA COMPLETA (Enoc) | Page 476

15. 12 –16. 5 Jueces 388 sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto? Y él les respondió: Yo les he hecho como 12 ellos me hicieron. Ellos entonces le dijeron: Nosotros hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les respondió: Juradme que vosotros no me mataréis. 13 Y ellos le respondieron, diciendo: No; solamente te prendere- mos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir 14 de la peña. Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron co- mo lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus 15 manos. Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió 16 la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres. Enton- ces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos 17 montones; Con la quijada de un asno maté a mil hombres. Y acabando de hablar, arrojó de su mano la quijada, y llamó a 18 aquel lugar Ramat-lehi. Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de 19 los incircuncisos? Entonces abrió Dios la cuenca que hay en Lehi; y salió de allí agua, y él bebió, y recobró su espíritu, y se reanimó. Por esto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore, 20 el cual está en Lehi, hasta hoy. Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años. 16 Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó 2 a ella. Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: 3 Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos. Mas San- són durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cum- 4 bre del monte que está delante de Hebrón. Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, 5 la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos, y le dijeron: Engáñale e infórmate en qué consis- te su gran fuerza, y cómo lo podríamos vencer, para que lo