18. 22 –19. 12
22
23
24
25
26
27
28
29
30
19 , 2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Levítico
178
ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de
tu Dios. Yo Jehová. No te echarás con varón como con mujer;
es abominación. Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento
amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de
animal para ayuntarse con él; es perversión. En ninguna de
estas cosas os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han
corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros,
y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella,
y la tierra vomitó sus moradores. Guardad, pues, vosotros
mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas
abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre
vosotros (porque todas estas abominaciones hicieron los hom-
bres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra
fue contaminada); no sea que la tierra os vomite por haberla
contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de
vosotros. Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas
abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de
entre su pueblo. Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo
las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros,
y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios.
Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a toda la congre-
gación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo
soy yo Jehová vuestro Dios. Cada uno temerá a su madre y
a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vues-
tro Dios. No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros
dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios. Y cuando ofre-
ciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal
manera que seáis aceptos. Será comido el día que lo ofrecie-
reis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día,
será quemado en el fuego. Y si se comiere el día tercero, será
abominación; no será acepto, y el que lo comiere llevará su
delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal perso-
na será cortada de su pueblo. Cuando siegues la mies de tu
tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto
caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo deja-
rás. Yo Jehová vuestro Dios. No hurtaréis, y no engañaréis
ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi