93
Éxodo
9. 5–22
ción entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que
nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y Jehová fijó
plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.
Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado
de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno.
Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos
de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se
endureció, y no dejó ir al pueblo. Y Jehová dijo a Moisés y a
Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá
Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser pol-
vo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con
úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de
Egipto. Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de
Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido
que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias.
Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del
sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos
los egipcios. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y
no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés. Entonces
Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante
de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja
ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque yo enviaré esta vez
todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu
pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda
la tierra. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a
ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. Y a
la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para
que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. ¿Todavía te
ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? He aquí
que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado,
cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta
ahora. Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes
en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el
campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y
morirá. De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la pa-
labra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa; mas
el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus
criados y sus ganados en el campo. Y Jehová dijo a Moisés:
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22