Libro de ENOC BIBLIA COMPLETA (Enoc) | Page 145

57 Génesis 37. 23 –38. 5 dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, 23 que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron 24 y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los 25 ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: 26 ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y en- cubramos su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas, 27 y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro herma- no, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a 28 José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los is- maelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto. Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y 29 rasgó sus vestidos. Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven 30 no parece; y yo, ¿adónde iré yo? Entonces tomaron ellos la 31 túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; y enviaron la túnica de colores y la 32 trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no. Y él la reconoció, y dijo: 33 La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado. Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y 34 puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días. Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para 35 consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. Y lo lloró su padre. Y los 36 madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia. Aconteció en aquel tiempo, que Judá se apartó de sus her- 38 manos, y se fue a un varón adulamita que se llamaba Hira. Y 2 vio allí Judá la hija de un hombre cananeo, el cual se llamaba Súa; y la tomó, y se llegó a ella. Y ella concibió, y dio a luz un 3 hijo, y llamó su nombre Er. Concibió otra vez, y dio a luz un 4 hijo, y llamó su nombre Onán. Y volvió a concebir, y dio a luz 5