Libre Fantasía Próximo Número | Page 42

-¡No!, no debes moverme... -se quejó cuando el viajero intentó levantarlo.

-Ellos la tienen ahora. Tienen la Llave... y se llevaron a la mujer... -volvió a decir, interrumpiéndose al sentir que sus fuerzas ya desaparecían.

-¿Quién es la mujer? -le preguntó Diomel, sujetándole la cabeza para que no se desmayara.

-¡Tienen la Llave! –gritó con los ojos vidriosos.

-¡La Llave del Destino..!

Diomel lo separó del suelo con cuidado, visiblemente conmovido por la fortaleza de aquel pobre infeliz, que ya viajaba al valle de la muerte. Había sido un valiente soldado. Y en sus últimos estertores aún sentía el coraje suficiente para intentar cumplir con su deber.

Al verlo ya inerte y sin respirar lo depositó en la piel sobre el suelo.

-Descansa ahora, y viaja feliz a las lejanas tierras del Orbe, pues has sido valiente y has cumplido con tu deber hoy y eso es lo único que importa -recitó Diomel ante el soldado.

Con una última ráfaga de vida abrió sus ojos y se aferró a la túnica del viajero, para levantar su cabeza y gritarle algo al oído.

-Vadarís... la capturaron... ¡Salvala! -exclamó, dejándose caer sin vida en sus brazos.

Diomel recordó la leyenda. Sabía que solo aquel que poseía la Llave del Destino podía reparar la Tela del Tiempo. Grom ansiaba poseerla, necesitaba ese objeto mágico para sus oscuros planes, pero ahora solo podía pensar en la mujer, y en las últimas palabras del soldado.

(continuará)

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Sobre el autor

Apasionado por los libros. Escribo, leo, respiro libros... Me encantan los libros de fantasía, ciencia ficción, novela histórica y misterio. Los nuevos escritores, las novelas que nacen de la más pura imaginación.

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