Libre Fantasía Marzo 2017 | Page 18

Jayn, que había visto toda la faena desde la puerta y sin soltar el hacha, miraba con la boca entreabierta y el ceño fruncido. Seguramente se sorprendió tanto como Karl de que una magia tan avanzada funcionara con Andrew.

–¡Quién lo diría! –fanfarroneó Andrew.

–Eso fue pura suerte –objetó Jayn–. Ahora que tengo el hacha, más te vale no ayudarme.

–Entonces ayudaré a Karl.

Antes de que éste pudiera oponerse, otro cacodemonio salió de la caja.

–Pero, no recité –dijo Andrew mientras se rascaba la cabeza. Se le notaba muy confundido.

–El conjuro sólo era para la primera vez –aclaró la criatura–. Vendremos cada vez que necesitéis.

–Entonces vuelve a la caja –exigió Karl–. No te necesitamos.

–No es tan simple –contestó el demonio–. Se debe cumplir una tarea –se encorvó un poco y juntó las manos frente a sí–. O nos quedaremos aquí para siempre… ¡y eso es desquiciante!

–Bien –intervino Andrew–. Termina los amuletos protectores de mi amigo.

El demonio abrió la tapa de la caja, y otro idéntico saltó de ella.

–¡Hey! –protestó Andrew– ¡Debes hacerlo tú solo!

–Es demasiado trabajo –respondió el engendrillo–. Volveremos dentro. Os lo prometemos.

No dieron tiempo de replicar. Los dos corrieron a la mesa de Karl. Uno molía la piedra lumbre mientras el otro rellenaba los saquitos rojos con serrín de acacia.

Jayn daba hachazos a una bola en el suelo, del tamaño de una piedra de molino y que parecía hecha de carne cruda. Pero, no conseguía partirla. El callo de titán colosal no es tan duro… a menos que se lo guarde mucho tiempo. La chica daba lástima. Si bien tenía práctica cortando leña, el viejo callo no iba a ceder tan fácil. Incluso, el filo del hierro sacaba chispas a cada golpe sin que aquel necio ingrediente se agrietara aunque fuese un poco. Probablemente un bloque de granito se hubiera roto antes.

–Pues, como no estoy haciendo nada –dijo Karl–, iré a dar una mano a Jayn.

–Oye –Andrew lo detuvo por el hombro–. Tampoco vas a poder. Ese callo de titán seguro ya estaba viejo cuando mi abuela nació. Dejemos que los cacodemonios lo hagan.

18 LibreFantasía/Vol.01