Libre Fantasía Marzo 2017 | Page 13

13 LibreFantasía/Vol.01

–¡Pronto! ¡Ayudadme! –pidió Karl a sus compañeros mientras tiraba con fuerza del pedazo de soga con el cual se cerraba la trampilla del sótano.

Las risotadas y el estrépito del caldero al chocar con las paredes de piedra de la casa, las escudillas rotas y otros cacharros menos identificables provenientes de arriba erizaban el pelo. Jayn y Andrew bajaron las escaleras de madera corriendo y cargaron la tranca entre los dos. Atrancaron deprisa. Enseguida, los tres tosieron con el polvo que les cayó encima cuando los cacodemonios volcaron la librería de Igor.

–Igor nos matará cuando vea lo que hicimos –señaló Jayn lo obvio.

–O algo peor –respondió Andrew.

–Luego nos preocupamos de Igor –Karl los hizo callar–. Ahora, esperemos que vuelva antes de que a los cacodemonios se les ocurra largarse a Beulen. Entonces sí que estaremos jodidos.

El ruido de más muebles lanzados al suelo hizo que Jayn hundiera la cabeza entre los hombros.

–Entonces –dijo ella–, ¿cómo queréis detenerlos?

–¡No sé! –Karl se rascó la cabeza impotente– ¡Andrew! ¡Di algo, que esto es culpa tuya!

De pronto, una voz conocida para ellos resolvió el dilema.

–¿Con un…? ¡Llama de Ankúr!

Aquel sótano lleno de paja y tierra se inundó con la luz que se coló entre las rendijas de los tablones que hacían de suelo y techo. Karl se cubrió los ojos con el brazo para no deslumbrarse. No imaginaba el desastre que harían los cacodemonios en Beulen, Sterrn, Dolmand o cualquier otro pueblo, de haberse escapado. Tuvieron una condenada suerte de que Igor llegara. Venía el momento de sufrir.

–¡Jayn, Andrew, Karl! ¿Dónde estáis? –tronó Igor– ¡Salid ahora!

Andrew subió las escaleras y fue a desatrancar. Enseguida, abrió la trampilla y salió del sótano. Karl y Jayn se miraron por un momento. Ella negó con la cabeza y también regresó arriba. Entonces, él decidió seguirla al degolladero. Haría lo posible por defenderla, no importaba si eso significaba tundir al mejor mago del reino de Grails… o morir intentándolo.