Escribir es hermoso, les decía, ser leída por ustedes es casi incluso más hermoso. leer… Leer es una dicha. Escribir y leer son dos polos de lo mismo . Si escribir es inventar un mundo, leer es reinventarlo en la cabecita de cada uno, cada una de las personas que abren ese libro.
Mientras seguimos las letras con la vista, un universo entero se nos aparece, la historia va ocurriéndonos adentro como si tuviéramos un cine en el cerebro. Pero este es un cine propio, adonde a cada palabra le pondremos algo nuestro. Mariana tendrá los ojos que cada uno decida, el monte será como cada uno lo imagine o lo conozca, el ritmo de los caballos latirá adentro de nosotros como la canción más personal.
Algo más: veo en esta revista las fotos de las reuniones donde ustedes leyeron en familia, en la escuela. Yo paso mucho tiempo leyendo en voz alta con los míos. Hermosas sesiones de lectura con mi marido, los hijos, siguiendo de a poquito una historia, todos juntos. ¡Qué alegría saber que una escuela pública ofreció sus bancos para que esto pasara también ahí, entre ustedes, sus papás, sus maestros y maestras! Ojalá la idea siga, ojalá en muchas casas a la noche, todos juntos antes de dormirse, un domingo de lluvia, una tarde de descanso papás, mamás, ustedes, hermanitos y hermanitas se enganchen a una voz que va turnándose y leyendo, dejando aparecer alguna historia, llevándolos de viaje.
Prologo esta revista con felicidad. Pasan cosas tristes en el mundo en que vivimos pero también pasa esto. Y yo sé que ahora mi Loreto, mi Benita, mi Mariana, mi Mamaní, que tanto saben de pelear por lo que creen y lo que sienten, son mucho menos míos. ¡Ahora son nuestros!
Elsa Drucaroff
Noviembre, 2017