HISTORIA
Perú en ese país. Allí estuvo hasta
diciembre del 2000, cuando cayó el
régimen fujimontesinista.)
¿Usted qué hacía?
Nada. Estaba callado, pues mis
jefes tampoco decían nada. Entonces Montesinos dijo: ‘Bueno,
ya está. La nueva historia es esta’.
Me dijo que yo debía elaborar un
parte policial como si el suboficial
Salazar me estuviera dando cuenta
de los hechos el mismo día 14. Pero
eso no era cierto, pues en ese momento ya era 15. Ayudado por los
generales Dianderas y García Molleda, Montesinos empezó a dictarme el parte con la falsa historia. Yo
escribía lo que él decía. Me hicieron
corregir su historia muchas veces.
‘Ponga esto, saque lo otro, mejor
agregue esto’, me decía Montesinos. Hasta que finalmente se terminó de hacer el parte después de
que el mismo Montesinos, orientado por Dianderas y García Molleda,
lo corrigiera unas ocho veces. Finalmente el parte quedó listo.
¿Allí terminó todo?
No. Al contrario. Después Montesinos me dijo que le dictara al
suboficial Adolfo Salazar el parte
que ellos habían elaborado. Se lo
dicté para que Salazar lo escribiera
de su puño y letra. El parte era una
farsa de Montesinos. Se escribió
que la captura de ‘Feliciano’ había
sido hecha por un capitán y veinte
soldados. Se puso que el capitán
subió al micro y se identificó ante
Salazar y luego, al fondo del micro,
vio a ‘Feliciano’. Después, según
esa versión, el capitán se le acercó y le dijo: ‘Tú eres ‘Feliciano’. Tú
eres igualito a tu hermano y a tu
papá, yo los conozco’. Esa burda
historia la maquinaron Montesinos,
Dianderas y García Molleda. Todo
era falso. Después me obligaron a
elaborar un oficio como si informara a mi jefe, el coronel Carlos
García Molleda, del parte que me
había entregado el suboficial Salazar sobre la intervención policial
de la que había sido testigo. Allí
me hicieron estampar mis sellos de
jefe de la comisaría de El Tambo, y
luego me ordenaron que lo firmara. Mi informe se adjuntó al parte
policial de Salazar. Al día siguiente,
ese parte falso fue exhibido por Fujimori ante la prensa.
¿Qué pasó después?
Todo terminó como a las 11 de
la noche. Pero al día siguiente, el
16 de julio, me llamaron de la Dirección General ordenándome que
el 17 me presentara ante el general
Granda Denegri, jefe de la Dirección
de Personal. Cuando fui, Granda me
dijo que iríamos otra vez al SIN. Yo
estaba indignado por todo lo que
había pasado. Le pregunté para qué
tenía que ir otra vez al SIN. Le dije
a Granda que no iría y le pedí que
me gestionara una audiencia con el
Director General de la PNP Lo llamó
.
por teléfono y ambos conversaron.
Después, Granda me dijo que no
me iba recibir y que él mismo estaba
ordenando que fuera al SIN.
¿Y qué sucedió en el SIN?
Tan pronto llegué, me hicieron
subir al segundo piso. Allí estaba
otra vez Montesinos, junto con el
general PNP Rómulo Zevallos, en
ese momento jefe de la DINCOTE.
Me hicieron pasar a una sala de espera. Después se me acercaron dos
tipos enternados, que me preguntaron por mis padres, que son ancianos. Yo no les contesté. Entonces
me dijeron: ‘Mayor Monge, será
mejor que colabore con nosotros’.
Era una amenaza. Luego me pasaron a otra sala, donde me tomaron
una manifestación de los hechos,
pero sobre la base de la historia fraguada. Lo que pasa es que mi manifestación tenía que ser adjuntada al
atestado que la DINCOTE le estaba
haciendo a ‘Feliciano’. Me hicieron
varias preguntas, pero no contesté.
Ellos ya tenían el libreto, y solo firmé
mi supuesta manifestación.
¿Y qué pasó con usted?
Al suboficial Adolfo Salazar lo
enviaron a Venezuela y a mí me
mandaron otra vez a la delegación
de El Tambo y luego a Bolivia. A los
otros cuatro policías los pasaron a
unidades en Huancayo. Meses después se les dio un ascenso a todos
los suboficiales, menos a mí. Y luego, en diciembre del año pasado,
me pasaron al retiro. Todo lo que
ocurrió entonces fue algo vergonRevista Guardia Civil
zoso, humillante, que nunca más
debe volver a ocurrir en la policía.
“Solo cumplí órdenes”
El general Carlos García Molleda
reconoció en un diálogo con El Comercio la versión del mayor Monge.
En estos tiempos en los que ninguna autoridad del régimen fujimontesinista admite haber cometido
errores, resulta reconfortante que el
general García acepte que no actuó
como debió hacerlo. Claro que el
coraje y honestidad que ahora demuestra, no los puso de manifiesto
en su debido momento.
Es una espada que tengo aquí
arriba’, dijo García señalando con su
dedo la parte superior de su cabeza.
Sostuvo que solo cumplió órdenes
del general Dianderas para entregar
a ‘Feliciano’ a los militares y no dejar
rastros de que el terrorista estuvo en
la comisaría de El Tambo.
Este Diario le dijo que eso era ilegal. ‘En ese momento consideré lícita
la orden. Pensé que después en una
conferencia de prensa se iba a esclarecer este asunto. Cometí una estupidez. Ya había metido las cuatro’.
Este Diario le recordó que su
situación era más comprometida,
pues, al día siguiente de la captura
acudió SIN y colaboró con Montesinos para tergiversar los hechos y
elaborar un parte policial falso.
El general respondió: ‘Eran órdenes. Ponte en mi lugar. Ahora es
muy fácil decir: yo habría hecho
esto o lo otro. Pero en ese momento estaba en juego toda mi vida, mi
profesión, ¿qué podía hacer? Ahora es fácil hablar. He tenido la mala
suerte de haber estado en el lugar
no adecuado’, y acto seguido reconoció que el año pasado una investigación realizada por la Inspectoria
lo encontró responsable de haber
cometido -en el caso ‘Feliciano’faltas contra la moral policial, la
disciplina, el servicio, el decoro, la
obediencia y el deber profesional.
‘La investigación la tiene hoy el
Consejo Supremo de