A la mañana siguiente el herrador
fue a casa del clérigo para
preguntarle qué era tan importante,
pero este le dijo que él jamás había
mandado a aquellos hombres con
su mula. Extrañados, buscaron a la
mujer y la encontraron en su
habitación completamente desnuda
y con las 4 herraduras que el
herrador le había colocado a la
mula clavada en sus pies y manos.
Se dice que los demonios
transformaron a aquella mujer en
mula para que el herrador le colocara dichas herraduras como una burla hacia ellos y como castigo divino por su vida.
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