LA MUJER HERRADA
Vivía en la ciudad de México un sacerdote que andaba por malos pasos al violar sus votos con dios y ser pareja de una mala mujer.
Un herrador que conocía perfectamente su pecaminosa situación trato de convencer al clérigo de que enderezara su camino, pero estos consejos jamás fueron tomados en cuenta.
Una noche, cuando ya el herrador se había acostado, llamaron a su puerta, y al abrir se
encontró con dos hombres
que llevaban una mula.
Estos le contaron que iban
de parte del clérigo que
necesitaba que le colocaran
herrajes nuevos a su mula
para salir muy temprano
por la mañana, el herrero
así lo hizo.
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