Lex Scripta Octubre 2019 | Page 7

la democracia impuesta en sus países después de los períodos dictatoriales que vivieron con Rafael Videla, en el caso de Argentina, y con Humberto Branco, en el caso de Brasil. Es innecesario recalcar la obviedad de las diferencias culturales, sociales y políticas entre ambos países, pero sí es importante recalcar que cada uno de los movimientos actuó de acuerdo a ellas. El grado de autonomía que cada uno tenía con el Estado y los partidos políticos dependía de la provincia o la organización de la que se tratara, lo que se relacionaba con la situación política que tuvieran las naciones dentro de su división territorial y política. Al mismo tiempo, la respuesta social y gubernamental hacia ambas movilizaciones también se veía influenciada por la situación política de los Estados y la organización que dichos movimientos tuvieran. El Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD), o Movimiento Piquetero argentino, se caracterizó por una conformación heterogénea con respecto a las orientaciones políticas dentro de sus afiliados. Su forma de lucha era precisamente el piquete o corte de ruta. Muchas de sus luchas, como la de Tartagal, Mosconi, Plaza Huincul y Cultura Có, terminaron en represión y muerte. Fue hasta mayo del 2000, en una lucha de 18 días en La Matanza, que consiguieron la victoria con un convenio de 25 millones de dólares que otorgó el Estado. En julio de 2001 el movimiento se constituye como Congreso Nacional de Piqueteros, con más de 2 mil delegados de las distintas provincias. Fue gracias a este movimiento que el país vivió una de sus jornadas de mayor agitación social: las luchas del 19 y 20 de diciembre de 2001, generadas en respuesta al estado de sitio que había implantado el entonces Presidente Fernando de la Rúa, culminando con su renuncia y la del Ministro de Economía, Domingo Cavallo.  El nivel de organicidad del MTD podría catalogarse como medio puesto que tenía cierta fragmentación y dispersión territorial. El grado de legitimidad y apoyo con el que contaba no era muy importante, ya fuera porque no se lo propusieron o porque las circunstancias no se lo permitían. No obstante, su grado de movilización era alto, sobre todo considerando que muchas de sus luchas fueron castigadas y terminaban con la muerte de varios de los miembros. Dado que este movimiento estaba disperso en distintas organizaciones, la autonomía de estos dependía de la organización de la que se tratase. En cuanto a su tasa de afiliación, apenas sabemos que la FTV (una de las organizaciones del movimiento) contaba con unas 250 mil personas, según uno de sus dirigentes; sin embargo, cada organización piquetera lograba la adhesión de sus miembros de acuerdo a su actuación (Mirza, 2006). "Piqueteros" en Argentina. 4