Lex Scripta Mayo 2020 | Page 45

políticas poco ortodoxas como Jair Bolsonaro en Brasil, Rodrigo Duterte en Filipinas o Viktor Orban en Hungría no solamente refleja la turbulencia económica y social de los tiempos actuales sino también la creciente disposición del votante promedio a acercarse a ideas cada vez más radicales. Visiones del mundo que se predican como absolutas entre el caos de subjetividades, muchas v e c e s c a p i t a l i z a n d o d e l resentimiento en los estratos de la s o c i e d a d h i s t ó r i c a m e n t e marginalizados o a los que las tendencias recientes en la sociedad (postindustrialización, expansión de la multiculturalidad, etc.) han obligado a sentirse dejados atrás. Podemos comprobar aún más la rampante intolerancia al mirar el crecimiento alarmante que han tenido los crímenes de odio (definidos como cualquier delito penal contra una persona o propiedad, motivado total o parcialmente por el prejuicio de un delincuente contra una raza, religión, discapacidad, orientación sexual, origen étnico, género o identidad de género) durante las últimas décadas, periodo de tiempo que coincidentemente corresponde a la rápida expansión del uso del internet. El FBI reportó que en 2019 el número de asesinatos por motivos de identidad (racial, de género, religiosa, etc.) alcanzó su récord más alto en los últimos 16 años en los Estados Unidos, siendo el año donde se registró más violencia contra las comunidades LGBTIQ+ e Islámica (New York Times, 2019). A pesar de este panorama sombrío cerniéndose sobre nosotros, todavía hay mucho espacio para la esperanza en una 43