2015), la antropóloga Rita Segato,
explica que los hombres cargan
con una investidura, la cual no es
incondicional y por ello deben
ganarse el título a ella en todo
momento, lo que brinda una
explicación a su machismo. Así, la
figura del “macho mexicano” es la
de aquel hombre proveedor, jefe de
familia que es el ejemplo a seguir
por sus hijos varones, mientras que
tiene esposa e hijas a su servicio a
cambio de la seguridad física y
económica que les provee. Esta
concepción del macho proveedor
hace que la relación entre hombre
y mujer en México sea una de
poder en la que existe una
jerarquía que lo pone a él sobre
ella.
humano, como un trofeo digno de
admirar y poseer. Así también, se
encuentran presentes estas
actitudes en los programas
televisivos más populares llámese
La Rosa de Guadalupe, Como
dice el Dicho, Ventaneando,
Sabadazo o prácticamente
La jerarquización del hombre
sobre la mujer es perpetuada por la
cultura en todos los sentidos
posibles. El machismo en la
literatura está presente desde
clásicos como El Zarco de Ignacio
Manuel Altamirano y Las Batallas
en el Desierto de José Emilio
Pacheco que alaban la figura de la
mujer pero más que como un ser
cualquier telenovela que
reproduzcan los canales de la
televisión abierta mexicana, en
los cuales se personifica a la
mujer como la encargada del
cuidado, objeto sexual y ser
enteramente superficial y
sentimental.
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