Esta visión del feminicidio se ve personificada en
declaraciones tan controversiales como las hechas por el
propio fiscal general de la república, Alejandro Gertz
Manero en la reunión plenaria de los diputados federales
de Morena, donde, argumentando las dificultades para
judicializar este delito debido a las características de este
tipo penal sugirió suprimir la categoría de feminicidio y
procesar dichos crímenes como homicidios (Milenio,
2020).
Incluso luego de rectificar su declaración,
aclarando que se refería a procesar todo homicidio de
mujer como feminicidio, dicha corrección, que no es más
que una sugerencia a la generalización de todos los casos,
deja en evidencia la clara ignorancia y el desapego de las
instituciones ante la problemática.
En definitiva, mientras que la tipificación del
feminicidio es un gran y necesario paso hacia un México
seguro para las mujeres, esto por sí solo no significa nada
mientras los discursos patriarcales sean aquellos que
imperan dentro de las instituciones y conviertan medidas
bienintencionadas en placebos politizables mientras el
machismo rampante impregnado en la cultura continúa
desgarrando la vida de miles de mujeres de manera
indefinida.
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