irrastreable por pertenecer al sector informal. México cuenta con la
mitad de camas de hospital per capita que los Estados Unidos e
invierte tan solo 2% de su PIB en salud a comparación de la media de
6% de otros países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) (Sheridan, 2020).
Cuando uno se encuentra envuelto en la incertidumbre, es
natural preguntar qué pasará después. La pandemia en la que nos
encontramos hace justamente eso. La pregunta es, ¿podremos
afrontarlo? Y si pudiéramos, ¿con qué medios? El INSABI, en el
escenario en el que se enfrente a la cruel realidad del desconocido
número de casos, será sobrepasado. No tiene certeza presupuestal, ni
fondo que lo respalde, ni apoyo de todos los estados y es,
burocráticamente hablando, ineficiente. La buena noticia es que el
gobierno chino ha optado por otorgar insumos y material médico al
gobierno mexicano formando un puente aéreo entre ambos países.
México destinará 56 millones de dólares. López Obrador ya le ha
agradecido a su homólogo, Xi Jinping, el gesto y la nueva relación
comercial. (Milenio Digital, 2020). Si no se hace algún cambio a la
estructura del INSABI y no se aprende de la experiencia que nos deje
el coronavirus, repetiremos el error histórico de la miopía en nuestra
planificación a futuro. No dejemos todo a la ligera.
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