LETRINA
Número 8
Septiembre 2016
Se levantó, fue por una cena y la llevó a una mesa, aparentemente mantuvo
la compostura. Volteé a todos lados, afortunadamente nadie se interesaba
en nuestra discusión, y más les valía que así fuera. Volvió a la barra.
-
¿Estás con alguien ahora? –pregunté sin mirarla.
-
¿Debería?
-
Déjate de eso y habla bien.
-
No, ¿y qué tal tú?
-
No.
-
Vale.
Fue a cobrar la cuenta de otra mesa, recibió el dinero y vino hacia mí.
-
¿Cómo te va en el trabajo?
-
Tres
clientes
nos
cancelaron,
recibimos
una
demanda
por
supuesto fraude y la sospechosa de una infidelidad hizo que
detuvieran a uno de los detectives más jóvenes. “Fue un día
maravilloso”.
-
¿Crees que eso es malo? Yo no salgo de aquí para nada y gano
solamente 400 pesos en un día “bueno”.
-
Así tú lo quisiste.
-
¡ASÍ FUERON LAS COSAS GRACIAS A TI!
-
¡Pudiste buscar algo mejor!
-
No, no pude. Gracias a ti no pude.
Sonó una campana en la ventanilla, Paco me vio con hastío, se volteó y
sacó el “cheesecake”, Jessica me lo puso enfrente. Empecé a comerlo, no
estaba mal, hasta que noté algo del otro lado, un gran escupitajo
burbujeante y verde sobre el betún blanco y cremoso. Salté sobre la
barra, Jessica me gritó, entré por la puerta de la cocina y agarré a
Paco
por
el
cuello
de
su
mugrienta
camiseta.
protuberante, era barbón, fofo y nada interesante.
Página 19
Él
tenía
una
panza