LETRINA Número 8 Septiembre 2016
culo... Me gustas, Ana. Me sonrojé, pero entre mis pensamientos no había uno que pudiera expresar, apenas estaba comprendiendo el significado de lo que había hecho al viajar tan lejos.
- Ey, no te voy a comer, aunque ciertamente yo no hubiera hecho lo que tú has hecho. Algunos le llamarán valor, pero yo no le llamaría así...- ¿ Cómo lo llamarías tú?- eso me interesó.- Una gran pendejada.
Me desplomó.
- ¡ Ey!, corazón, no lo tomes así, sonríe.-Por una extraña razón sonreí con ternura y respondió con otro beso en la boca, su aliento lo superé, quizás porque lo sentí a él más auténtico. Cerré los ojos y me vino a la mente que besaba al enano de Diane Arbus.
- Aristidemo-susurré.- Soy Fernando.- Me costará decirte así, de verdad; al menos hoy acostúmbrate.- ¿ Sabes quién más me dice así?
- ¿ Tus lectores?- Aquí, Ana, aquí-señalando con ironía el piso, su tierra-, hablo de la vida...- No sé cuántos lectores tengas aquí.
Su risa llegó al decibel más alto.
- Exageras mucho tu risa- eso era obvio y él volvió a reír más fuerte.- ¿ Qué tiene mi risa? Así es.- ¿ Entonces quién más te dice aquí Aristidemo?-Resalté " aquí " para referirme a su tierra y olvidar lo de su farsa.- Nadie-moduló su voz para decirlo más suave y lo traduje como un " aquí nadie me lee ".- ¿ Nadie? ¿ Pero entonces quién te conoce?- Buena pregunta. Curiosamente tú.- ¿ O sea que aquí soy quien mejor te conoce?-Afirmó con la cabeza-. Vaya. Después de todo, mi intuición no me falla. Pero, sabes, no entiendo por qué tienes así tu mirada.- ¿ Así cómo?- No sé, rara...- Estoy crudo, nos emborrachamos por ti ayer.
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