LETRINA
Número 8
Septiembre 2016
las telenovelas que yo veía con
mi mamá de niña. ¿Sería que me
Volvió a reír con más fuerza, y
había equivocado? Su aliento era
me dijo que no tenía otra (eso
insoportable
no
entre
y
yo
flores,
desorbitados
atención,
historia
me
pero
sus
llamaban
me
que
sentía
ojos
tanto
señalaban
quería
mi
una
escuchar.
¿Pero esta historia me gustaría
era
posible,
pensé,
convencida de que era fingida).
Me
volvió
a
besar,
pero
su
aliento mezclado con el recuerdo
de
su
risa
me
hizo
sentir
incómoda, no pude ocultarlo.
como el resto de sus ficciones?
Su mirada -para que se den una
- A ver, qué querías -tomó una
idea- me recordaba la huella de
postura
los
a
complicidad que me predispuso a
pesar de que superan el vicio,
sonreír-, ¿querías que te diera
quedan marcados en el semblante,
un beso en la mejilla y que te
en
saludara
enfermos alcohólicos
especial
en
la
que
parte
que
cubren las gafas. La suya no era
la
de
un
alcohólico,
era
de
como
comicidad
si
y
fueras
mi
amiga?
sin
duda la de un enfermo pero no
Me hizo reír su sarcasmo, pero
sabía describir bien de qué, con
no podía hablar. A decir verdad
cicatrices
no
invisibles
del
podía
pensar.
Eran
unas
pasado.
condiciones extrañas.
- ¿Estás bien? -me preguntó al
- A ver, Ana, ¿querías que te
fin,
hablara por las ramas después de
dejándome
aterrizar
los
pies.
que me enseñaste el culo por la
- No creo, sabes a alcohol -lo
cámara?
dije con el mismo tono de voz
que perduraba siempre.
Me hizo reír mucho; me tuvo de
nuevo.
Comenzó a reír estruendosamente.
- Pues no, verdad.
- ¿Esa no es tu risa, verdad? -
- Oye, pero yo no te...
Se lo pregunté en serio porque
-
me pareció falsa.
ves?, estoy así por ti, hasta el
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Ya,
ya
lo
sé,
¿pero
no
lo