LETRINA SEPTIEMBRE 2016 | Page 20

LETRINA Número 8 Septiembre 2016 barra, Jessica me gritó, entré por la puerta de la cocina y agarré a Paco por el cuello de su mugrienta camiseta. Él tenía una panza protuberante, era barbón, fofo y nada interesante. - ¡MANDRIL PEDAZO DE MIERDA! Tienes suerte que no comí de tus malditas babas ¡PORQUE DE HABERLO HECHO TE SACARÍA UN PUTO OJO EN ESTE PUTO MOMENTO! Jessica trató de alejarme de él, los otros dos cocineros se quedaron viéndolo asustados, inmóviles, impotentes. No hicieron nada. Mientras Jessica gritaba y yo intentaba callarla, Paco tomó un cuchillo y rasgó el lado de mi saco, le solté y empezó a girarlo sin ninguna gracia o destreza especial. Arremetí hacia él tomándole los brazos, le golpeé el cuello y soltó el cuchillo, luego le lancé un gancho al hígado y estampé su rostro sobre la mesa de la cocina. - Escúchame bien, imbécil, donde vuelvas a hacerme una mala jugada de esas seré YO quien use el cuchillo, y no voy a soltarlo hasta que esté bien enterrado en tu vientre de puerco enfermo. ¿Está claro? No dijo nada, forcejeó un poco. - ¡NICK, BASTA, SUÉLTALO! –gritó Jessica, más molesta que preocupada. - Dije: ¿ESTÁ CLARO? - Sí Nicky, sí, lo siento. –respondió bastante alterado. - ¡Nada de Nicky! ¡Soy Nick para ti, pendejo! –le dije después de soltarle y escupirle en el rostro. Salí por la puerta de la cocina, todos miraban hacia mí con desprecio, susurrando cosas uno al otro. Incluso Roger movía la cabeza lado a lado con su cara de mula. Jessica se acercó y me susurró. - ¿Tienes tu auto? - No. Página 20