LETRINA LETRINA #3 Septiembre - octubre 2012 | Page 8

#5 Avergonzarte para meterte en línea. Probablemente suene ridículo, pero la forma más extendida de esta técnica (con algunos elementos más o menos) consiste en repetir el argumento opositor alzando la voz, en tono de burla moviendo los deditos de las manos como los “dedos mágicos” en la película Bring it On! (Triunfos robados). Infalible. Esta técnica es tan vieja que se usaba desde la Antigua Grecia y también tiene un nombre en latín: Reductio ad absurdum 3(reducción al absurdo). “¡Ay sí! ¡Ay sí! ¡Reductio ad absurdum!”. Los profesionales tienen métodos más sofisticados, pero es básicamente lo mismo. “Ellos” saben que si logran ridiculizar una idea, el receptor por lo general no se molestará en examinarla para averiguar si la ridiculización es justificable. ¿Por qué considerar siquiera algo que es ridículo? ¡Eso es algo que sólo un tonto ridículo haría! Y tú no eres un@ tont@ ridícul@… ¿O sí? “¿Eres gallina McFly?” La consecuencia de la ridiculización es la vergüenza. ¡Cuántos hemos hecho toda clase de idioteces por evitar la vergüenza de vernos como cobardes cuando nos han retado! Quemaduras, huesos rotos, matrimonios perdidos e incluso la muerte han sido las consecuencias. Ridiculizar algo es ponerlo en una posición social inferior. 6