LETRINA LETRINA #3 Septiembre - octubre 2012 | Page 37
PROSA
LA
Ragazza de Azabache
Y a pesar de la advertencia tan clara que les hicieron, rodeó el árbol
furtivamente hasta dejarse seducir por la astuta serpiente, tomó la
manzana y le dio una primera mordida; consecuentemente vino una
segunda y quizá una tercera. Una vez que hubo saciado su gula, la culpa
acechó su alma mortal e insegura: sí, estaba sola en su desventura, así
que buscó a Adán. Fue a la cueva donde se refugiaban y lo encontró
rozándose su pequeño miembro; sus ojos aún lánguidos por el placer
se entreabrieron un poco cuando oyó los pasos de Eva sobre el umbral.
Eva le contó todo; acercó la manzana a sus labios rojos y Adán comió un
gran trozo, al principio con recelo y más tarde con apetito, mientras por
sus pensamientos corría la adrenalina producida por hacer lo indebido.
Cierto, sería despojado de todo cuanto tenía, pero eso ya no importaba,
porque Eva le había dado a cambio aquello que más preciaba: su
virginidad.
Para evitar la alteración del contenido original de los textos publicados en la sección de
CREACIÓN LITERARIA, el equipo de LETRINA ha decidido modificar únicamente las cuestiones
ortográficas en los escritos que así lo requieran, dejando de lado aspectos de redacción y
sintaxis.
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LETRINA SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2012